Todos los que escucharon la historia de D-gray quedaron mudos por un buen momento; Saito se movió en su asiento y rompió el silencio hablando con alegría: Está vivo y sigue jodiendo…
Kanna y Shinku atinaron a sonreír hermosamente, dejando, de paso, pasmados a los jóvenes novatos.
Era obvio poh weon- dijo Walter- si por algo está la cagá con los estudiantes.
Más encima-señaló Marco- esta con Marcelo y el Pollo, es buena compañía, de seguro causarán muchos dolores de cabeza por allá… incluso…
Yo también lo creo- interrumpió Walter- si llega a pasar, estaremos en una encrucijada.
¿A qué se refieren?-preguntó Kanna- no entiendo.
Marco y Walter se miraron por unos segundos, Oso y Bardiel asintieron con la cabeza y fue Saito quien contestó: la rebelión “poh’ mija”.
Los novatos sólo atinaban a seguir la conversación desde sus asientos, cada vez más intrigados sobre aquello que preocupaba a sus superiores.
Mira- continuó- pongámonos en el caso de que los rebeldes de África consigan hacerse con el poder; una guerra sería inevitable. Las negociaciones, independiente de su fragilidad, que algunos de los países de la unión están llevando a cabo con el Imperio se verían echadas a la basura.
¿Y ahora te preocupa la diplomacia?-interrogó la infamm- sabes muy bien que no se podría culpar a la Unión por un “levantamiento” dentro de su propio territorio. Nadie de la Unión tiene influencias sobre la población sometida.
Kanna-agregó Walter- tarde o temprano se sabrá quienes son los cabecillas de la revuelta… y siendo quienes son, grandes reinos se verán involucrados sin importar qué, el asunto de África es tan grave que el mismísimo emperador tomaría cartas en el asunto.
La oportunidad perfecta- añadió Marco- para asestar su gran golpe, el que reinos pertenecientes a la Unión sean culpados de incitar actos “terroristas” por el mero hecho de ser la tierra natal de los líderes rebeldes, crearía conflictos internos y eliminaría la ya débil cohesión que hay. El emperador lo sabría de inmediato, si es que no espera ya que pase algo cómo esto, se allegaría a ciertos países apegados más a su “doctrina de Estado”- aquí Saito disimula un “Kintasult” con una tos- y usaría el conflicto para hacernos pelear entre nosotros. Sus fuerzas nos sobrepasan de sobremanera y eso ya preocupa a algunas naciones aliadas, que miran con tentados ojos la posibilidad de convertirse en Estados Imperiales… en resumidas cuentas… ¡la pura zorra conchemimare!
Vaya que tema más complicado- Empezó Bardiel- Sabin y los demás no se detendrán aún a sabiendas de esto, ellos se encuentran muy molestos con ciertas prácticas de los lideres, por eso son más “radicales” y violentos y pal pico. Por eso él se fue… no están ni ahí con la diplomacia maricona. Yo digo que le den duro no más, y si vienen los weones, los violamos ¡y hacemos una orgía con sus enfermeras!!!!
Todos rieron con el comentario del alegre joven. Hasta que Walter volvió a tomar la palabra.
El punto es que no podemos hacer nada para impedirlo, si algo llegase a suceder tendremos que tomar cartas en el asunto de manera instantánea. Todos sabemos que el primer lugar que buscarán destruir será este… y cayendo la academia, el resto sería más fácil que estafar al Estado de Ariztia*.
Ok, ya habrá tiempo para hablar del trabajo- dijo Bardiel- ahora dediquémonos a dar jugo ¡por aquellos que sí lo están dando en el continente negro!
Pongámonos terrible “on fireee”- gritó Marco.
Oso movió la cabeza asintiendo. Shinku rió y Kanna suspiró.
El carrete tomo el curso normal de esta clase de prácticas y, algunas horas después, los novatos perdieron el conocimiento.
Kamy se había dedicado a pasarla bien, lo ultimo que logró ver antes de que todo se volviera negro por causa de la desmesurada ingesta de alcohol, fue a Saito bailando una especie de conga sobre la mesa.
Walter, como ya hemos dicho, es un economista. Debe aclararse que es el mejor sobre las tierras libres. Como tal, está especializado en el área de contabilidad. Por lo que su alusión a “estafar al Estado de Ariztia”, recae sobre un reino productor de alimentos donde hizo su practica a los diez años. Ahí el colorín se dio cuenta de cómo los trabajadores explotados se vengaban desviando fondos con el método de “la bicicleta”. Era tanto el dinero con el que se estafaba a Ariztia, que Walter escribió su tesis al respecto, burlándose de todos los contadores que allí había, lo cual acarreó una serie de conflictos, pero eso es otra historia.
Era muy temprano y la cabeza se le partía, pero Kamy no dudó ni un segundo en levantarse de la cama. Hizo un gran esfuerzo por no vomitar y partió a las duchas. Habiendo llegado se topó a sus amigos, todos tenían una cara de podridos imposible de disimular. Entraron y dejaron que el agua pasase por sus cuerpos para, de esa forma, intentar eliminar el olor a cerveza que emanaban por los poros.; al final no dijo mucho y se encaminaron a la clase que les tocaba.
¿A que wea vamos?- pregunto agónicamente Pipíno.
Supervivencia-respondió Chicho en el mismo tono.
Los ojos de Pipíno- o lo que se podía ver de ellos, ya que la caña los mantenía bien entrecerrados- brillaron con un reflejo de emoción. Eso quiere decir que tendremos clase junto a las novatas.
La raja-agregó D-gray- de veras que estamos separados en muchas clases.
No hablen tan fuerte-dijo Kamy- que se me parte el coco. Espero que la clase sea pura teoría…y que el profe no sea tan escandaloso como Sergio.
¡Hoooooola chiquillos- gritó Jesús con endiablado vozarrón en el amplio sector dedicado a la clase de supervivencia- pónganle ánimo y no tengan miedo a mezclarse con las minas!!
Los dos grupos se miraban tímidamente, los hombres- excepto Kamy que maldecía a cualquier dios a quien se le hubiese ocurrido darle una voz tan estupidamente fuerte al profesor- miraban de reojo a las graciosas y hermosas novatas que estaban ahí.
Bueno –dijo continuando con sus gritos, los cuales movían las hojas de los árboles- acá la cosa es bien simple, yo les voy a enseñar como sobrevivir en situaciones donde el alimento y la comunicación con centros urbanos es inexistente. Déjenme decirles que el asunto se hará simple o complicado, dependiendo de cuanto empeño le pongan. Empezaremos por algo básico, por que no quiero tirarlos a partir al tiro.
Esta wea de sobrevivir-siguió- es como las matemáticas, solo aprendiendo las nociones primordiales; tales como la suma, la resta, la división y la multiplicación, el resto consistirá en saber aplicarlas a las diferentes situaciones que se nos puedan presentar. Una vez, por ejemplo, estuve cuarenta y cinco días atrapado en una caverna al sur de Francia…
La hora y media siguiente fue una larga historia del profesor, la cual parecía bastante ficticia y nunca llegaba a puerto.
Por lo tanto-concluyó- mí entonces suegra decidió enviar una orden a tribunales para que yo me alejara de su hija.
Los estudiantes que no se habían quedado dormidos con el relato de su docente estaban completamente pasmados. Ninguno sabía en que punto toda la amalgama de cosas contadas por Jesús habían perdido conexión con la realidad y con lo que se suponía debían hacer.
Kamy, por su parte, se había escabullido hacia unos árboles para poder pasar la caña con una siesta “Express” aprovechando que cabezón, mientras narraba su historia en el punto de su origen extraterrestre, sólo miraba a las novatas sin prestar la más mínima atención a los a varones.
Encontró bajo un gran roble la sombra que necesitaba, además de que en el suelo había muchas hojas que usó como cama improvisada. Cerró los ojos y comenzaba a sentir el peso del sueño cuando, súbitamente, fue levantado en el aire.
Así que durmiendo el niño- le gritó Jesús- ¿voh creí’ que yo soy weon? ¿voh creí’ que no me di cuenta que te arrancaste? ¿ah? ¿ah?... mira weon, a mi nadie me viene con weas, tendré los ojos chicos, pero me fijo en todo… no por nada estoy aquí, partiste a meterte entre tus compañeros.
El derrotado Kamy, con su cráneo bombeando causa del amable tono que su educador usaba, no tuvo más remedio que volver junto a sus amigos, los cuales no podían evitar reírse.
Entonces-volvió a gritar el cabezón- vamos a lo nuestro. He de decirles, primero, que como ya no me dejan hacer que las estudiantes se desnuden para que sientan más el riesgo, vamos a hacer todo con ropa. ¿Ok, ven este árbol de acá? Es un roble, y con su sabia podemos hacer wantanes chinos.
Todos cuchichearon preguntándose de cual fumaba el profe, unos esperando que les convidara o les diera el dato de donde la vendían, hasta que una de las mujeres alzó su mano pidiendo la palabra.
Profesor- dijo- de que forma pretende que hagamos wantanes, ¿sí no tenemos plancha?
Muy buena pregunta-respondió el profesor- por favor levántate para cuartear… para verte mejor.
La muchacha se levantó destacándose del resto…y fue como si el tiempo se hubiese detenido. Hasta entonces había pasado inadvertida, producto de su timidez, pero en ese momento no pudo escapar a las miradas masculinas.
El gran pelo negro y enmarañado le caía hasta la altura del cuello, su cara parecía diseñada por ángeles, emanando de ella la mirada más tierna que pudiese imaginarse. Ninguno de los ahí presentes supo de qué forma reaccionar. La gracia de su delgada figura y el suave tono de su voz parecían ser la más deliciosa de las drogas, en total su belleza era indiscutible y rivalizaba, hasta el punto de superar, con la de la profesora Shinku. Todos ansiaban perderse en la contemplación de aquella doncella salida de algún cuento de hadas, o quizá nacida del pensamiento de un dios sumamente inspirado.
Jesús despabiló luego de unos segundos y le pregunto su nombre.
Edith,-fue la respuesta- Edith de los valles de Caullán. Sonrió mientras pronunciaba su nombre, y hasta las mujeres parecían sentirse atraídas por ella.
Ya poh-agregó cabezón- déjame felicitarte por tu pregunta y contestarla. Tendremos que buscar una piedra o el terreno más liso posible. Por favor siéntate para que todos los cabros me presten atención.
Eeehh…bueno- contestó la hermosa joven, y se sentó.
El profesor se movió por el terreno hasta que encontró una roca, pidió a los alumnos en tono normal (una especie de grito clasificado como súper contaminación acústica) que se acercaran. Ahora, es importante manejar algo de magia para el asunto, espero que Marco ya les haya comentado como hacer fuego.
No, fue la respuesta general, no tenemos la clase de magia hasta dos días más.
¡Por la cresta!- maldijo Jesús, dejando salir un grito que casi rompe los tímpanos de sus escuchas, y que dejo a Kamy inconsciente- por qué mierda tiran mi clase antes, te apuesto que el weon de Marco hizo esta weá a propósito pa’ irse a bailar “pump”, en vez de hacer sus weas como tiene que ser. ¡O sino fue la Elba que anda pendiente de mirar a Walter! ¿Cómo chucha se les pasan detalles así?
Cabezón estaba visiblemente molesto, parecía tener ganas suficientes como para “echarse” a todos los presentes. Medio se calmó luego de refunfuñar en supuesta voz baja (los “conchetumadre” y “Marco culiao” se escuchaban hasta en la sala de profesores, que quedaba como a dos kilómetros).
Bueno-dijo- viendo que la cosa no va a cundir, les dejo el resto de la hora libre y así se preparan para su siguiente clase. Yo, en cambio, me voy a ver que pasa con esto de los horarios… chaitoo.
Y se fue, tan simple que todos quedaron confundidos. Era segunda vez que un profesor los dejaba “tirados”, y ya muchos comenzaban a cuestionarse la seriedad con la que sus docentes se tomaban el proceso educativo.
Kamy recobró el conocimiento, de a poco fue abriendo los ojos, queriendo evitar que la luz, oh esa dañina luz, se filtrara por entre sus parpados para recordarle la borrachera mientras le agitaba la cabeza y lo mareaba. Aún podía sentir el sabor a cerveza en la boca, que se mezclaba desagradablemente con los restos del enjuague bucal “revive” que Chicho le había prestado.
Hooola-dijo una voz y, a pesar de la dulzura de esta, la sensación de taladro de dentista entrando por sus oídos se hizo presente. ¿Te sientes bien?
El de Avelard se sobrepuso a los malestares del cuerpo y abrió los ojos de par en par, como un suicida apuntando titubeante el cañón del arma a la sien, el cual luego de mucho pensar y arrepentirse aprieta el gatillo súbitamente anteponiéndose, incluso, al miedo y los temblores con los que el instinto de supervivencia trata de preservar la vida… y el dolor fue peor que una patada en el hocico.
Sacando fuerzas de flaqueza, Kamy miró en derredor. Allí estaban sus amigos, mirándolo como queriendo decir: “sabemos lo que sientes y compartimos tu dolor, pero no por eso dejará de darnos risa que te desmayes”.
Frente a él, se encontraba la muchacha que había dejado a todos babeando hace, lo que él creía habían sido, unos pocos segundos.
No, estoy bien. Gracias por preguntar-dijo- tu nombre…. ¿Es Edith, cierto?
SIP!-dijo- ¿y ustedes?
A pesar de las ganas, la presentación de los muchachos fue dolorosa y lenta. Parecía ser que cada sonido que emitían era vidrio molido que vomitaban desde el interior de sus estómagos, que en esos momentos eran una ardiente fundición de metal.
Uno a uno pronunciaron sus nombres y así aquella hermosa chica se dio por enterada.
Ya espabilado, el joven Kamy se percató de que los novatos habían hecho contacto con sus símiles femeninos, aquí y allá se veían grupos de chiquillas que reían frente a las estupideces de los adolescentes que hacían lo posible por parecer interesantes.
Que bueno que hay novatos de su tipo acá-dijo Edith entablando tema de conversación- los otros me dan miedo… son demasiado pervertidos para mirar.
Los muchachos se sintieron alagados, pero no atinaron a responder de inmediato, puesto que sabían que sus lujuriosas miradas eran camufladas por el rostro de zombie que la caña les había regalado.
Eso me indujo a acercarme a ustedes-siguió- además, me preocupé al ver que alguien estaba tirado en el suelo. Me preocupé mucho más cuando el profesor lo notó y, a pesar de ello, siguió su camino diciendo que si no se moría, lo esperaba en la clase siguiente.
Kamy rió atemorizado.
De pronto, iluminado por la natural curiosidad y sagacidad de los africanos, D-gray preguntó a la muchacha:
Oye, ¿si resaltaste tanto ahora, cómo es que no te habíamos visto antes… ni siquiera un pequeño comentario sobre ti?
Edith quedó pensativa un segundo, miró a los demás y todos estaban intrigados.
Tienes razón-dijo Pipíno al oído de Chicho- es bastante linda, es imposible que nadie se diera cuenta.
La serena mujer no respondía, por lo que D-gray siguió interrogando:
Vamos, no te hagas la lesa…es que me parece demasiado raro que… paff!
Fue en una milésima de segundo, sin previo aviso y de la nada, una roca cayó del cielo directamente a la cabeza de D-gray. Éste quedó inconsciente y con todo el cráneo ensangrentado.
Nunca nadie pudo explicar que rayos había pasado, aquél suceso jamás fue resuelto. Pareció como si alguna entidad omnisciente hubiese cometido un error en el diseño de la historia de aquellos novatos, error que se negó rotundamente, ya fuese por capricho divino u omnipotente pereza, a reparar. A causa de esto, dicha entidad viose obligada a “silenciar” a aquellos que sacaron a la luz su pequeño traspié.
En los años por venir, ninguno de los jóvenes volvió a hacerse esa pregunta o cualquiera que tuviese que ver con acontecimientos difíciles de explicar, ya fuesen paradojas de tiempo o gente que, con cierta amnesia o estados de bipolaridad, cambiaba los nombres de sus amigos o la propia personalidad. Todo ello por miedo a ser súbitamente golpeados por algún objeto extraño, pudiendo incluso llegar a morir y desaparecer para siempre.
Pasaron unos cuantos minutos antes de que el africano recuperara la conciencia. No fue necesario llevarlo a la enfermería, ya que Edith sabía algo de medicina y había sido capaz de curarle la herida.
Cuando despertó, ya todos se preparaban para asistir a artes, al momento que escucharon ruido, dirigieron sus miradas hacía el lugar del cual provenía y pudieron distinguir la silueta de un hombre delgado y alto corriendo hacia ellos.
Luego pudieron escuchar con claridad y era la voz del profesor Jesús que gritaba: chiquillo culiao, ¿viste que andabai bailando en esa wea? Te voy a tirar el medio peo en la cara.
La silueta se hizo más visible, puesto que avanzaba a gran velocidad… era Marco de Gales corriendo horrorizado.
Cabezón culiao-respondió- no vay a ser culo de pillarme! Atrévete a pearme y cagaste, weon!
Pasó rápido como una gacela por entre los estudiantes, pero se detuvo en seco.
Mierda- maldijo estremeciéndose- calambre de pump, por la chucha!
Su parada fue tan súbita, que cayó al suelo y rodó por él.
Estaba ahí, tirado, y se sobaba la pantorrilla derecha cuando cabezón llegó. Estaba rojo de ira. Aminoró la marcha y se acercó al otro profesor.
Estuvo frente a él y volteó poniéndole el trasero cerca de las fosas nasales. Los lentes de Marco estaban empañados y su camisa toda mojada por sudor.
Me cagaste toda la clase…Marco-dijo con odio- mi primera oportunidad pa encontrarme una novatita que cocine conmigo.
Puta-ppp puta weon- jadeaba Marco-no me obligues a defenderme.
Y qué me vay a hacer weon?- preguntó el otro- creih que por que soy cabezón no te puedo cagar? ¿Creih que por qué erih más flaco no te puedo tirar un peo en la cara, weon?
Mira, culiao- aclaró Marco- esa clase de weas las puedes hacer. Pero recuerda que yo soy un hombre de pensamiento práctico y siempre prevengo los inconvenientes.
Ahora esa weá no te va a servir-exclamó sombrío cabezón. Y acercó su trasero aún más.
Los novatos miraban extrañados aquella escena, y dudaban cada vez más de la seriedad de sus profesores. Kamy, por su parte, pensaba en que no era tan grave. Ya que había reparado en que la diferencia de edades entre ellos y los educadores era muy poca.
No, weon-gemía Marco- conchetumare… sólo déjame decirte una cosa antes de que me cagues.
¿Que weá me queríh decir?-inquirió.
CHUPAME EL PIIIIIIICOOOOOOOOOO!!!!! –gritó Marco botando todo el aire que tenía en sus pulmones.
Cabezón quedó perplejo por un segundo, tiempo suficiente para que Marco pudiese recuperarse de su calambre de “pump”. Se impulsó con los brazos y dio un gran salto en el aire, cayendo parado a unos cuantos metros de su rival.
El otro lo miró desafiante, listo para seguir persiguiéndolo.
¿Y voh creih que con eso me basta?-preguntó- no voy a parar.
Yo dije que te cagaría- fue la respuesta de Marco. Abrió un pequeño estuche que llevaba puesto al cinto (como si fuese batman) y sacó un pequeño dvd.
Observó detenidamente a Jesús por sobre los lentes; arrojó el dvd al suelo y éste quedó enterrado. Puso sus manos a los costados, cerró los ojos y se acomodó las gafas en la nariz.
Ándate a la conchetumadre, NUNCA ME VAY A PEORREAR!
Uuuuyyy, la weona-se burló cabezón.
Sufre… alejado de las almas puras, recibe la sentencia!!! Invocación anti pedofilia!!
JUZGADO MENOR DE LOS ANGELES, RESTRINGE A MIS ENEMIGOS!!!
El rostro de cabezón se tornó en una mueca del horror más puro que Kamy jamás hubiese visto. Mientras del dvd enterrado en el suelo aparecía la figura de un hombre alado con peluca de juez, el cual se dirigió hacia Jesús blandiendo un gran martillo. Lo más impresionante fue que, antes de golpear, la criatura habló en un idioma que sonó desconocido: “To my daughter’s skirt, you shall not pass”. El impacto fue tan fuerte que quien lo recibió fue lanzado varios metros en el aire, logró incorporarse y salió corriendo para ser perseguido por aquel extraño ser summoneado.
Algún día tendrás que dormir, maricooooon!!- gritó desesperadamente, mientras se alejaba cabezón, huyendo de aquella bestia que lo acechaba.
Nadie dijo nada, ¿y quién podría culparlos? No es común ver esa clase de cosas en un día que se supone normal. Lo que sí, muchos estaban maravillados pensando en el tipo de ataque que habían presenciado, junto con la gran fortaleza del profesor de supervivencia, quien había resistido el golpe de aquella bestia invocada quien sabe de donde, parándose de inmediato y sin daño visible. Sólo para seguir corriendo a gran velocidad. Un “simplemente impresionante” atravesó las mentes de todos como un pensamiento colectivo.
Ay que bochorno-se lamentó Marco en voz alta- y yo que estaba en un mejor nivel de pump ahora, puta que me van a wear.
Kamy, algo más repuesto de su caña, se limitó a mirar y sonreír, agradado de las cosas fantásticas que estaba atestiguando. Nada más que dos días, y las emociones lo llevaban al límite.
Ya, cabros-continuó el summonner- he conversado con el profesor Jesús (los estudiantes ponen todos cara de “sí, claro, seguro somos ciegos) y nos hemos dado cuenta de que hay un pequeño inconveniente con el horario. Al parecer no nos organizamos bien al principio.
Por lo tanto, comenzaremos de inmediato con mi clase para tratar de recuperar el ritmo perdido… hagámoslo rápido para que se vayan a artes. Si llego a quitarle tiempo a la clase de Shinku, ahí sí que se va a poner feo.
El hiperactivo docente no paraba de mover sus manos cada vez que pronunciaba una palabra, daba violentas palmadas al aire e inclinaba fuertemente su cabeza para enfatizar en ciertos puntos, cómo si fuesen signos de exclamación kinésicos.
Me gustaría empezar haciendo una pregunta-siguió- ¿de los acá presentes, cuántos saben a qué nos referimos al hablar de magia?
Silencio total, sí bien los novatos sabían del manejo que los caballeros de la academia tenían en relación a las artes mágicas, ninguno se había dado jamás el trabajo de investigar en qué consistía realmente, de qué manera funcionaba o, simplemente, qué demonios era.
Clásico-rezongó el mago luego de una infructuosa espera- todos vamos allá por que la weá es la raja, aún que no sepamos a que mierda vamos. Total, ¿qué importa? Por la conchamadre, cuando yo sea rey, el sistema educativo será lo primero que arregle.
Terminando con sus reclamos, Marco de Gales prosiguió: Ok, déjenme hacerles una pequeña introducción. Resulta que la magia, así a grandes rasgos, es la capacidad que tienen los seres humanos de entrar en contacto con el todo. Entendamos ese “todo” cómo aquello que “es”. Mejor dicho, la magia sería la re-fundición del hombre con el entorno, con la creación, permitiendo que aquel ser que ha tomado forma para encontrarse viviendo “en” (el mundo, el cosmos, el universo) pase a ser el “en” donde todos se encuentran.
Los estudiantes se encontraban sumamente confundidos, nadie, a excepción de la bella Edith, que escuchaba atentamente, parecía entender hacia donde se dirigía el maestro.
Claro está-continuó explicando- que dicha refundición no es cien por ciento completa, en tal caso el resultado sería la muerte; es imperante que sea una parte del espíritu la que retome su sitio en la gran colectividad de vida, que llamaremos “energía vital” o “energía de los caballeros”, para darle un tono más épico al asunto. Ahora bien, al retomar parte en el todo, manteniendo la conciencia de quienes somos y nuestra forma corpórea, podemos manipular a nuestro antojo el comportamiento del fluir de la energía y utilizarlo como mejor nos plazca. Es, de esa forma, que podemos crear fuego de la nada… o lo que sea que queramos, los materiales están allí y tan sólo basta con que sepamos ocuparlos.
Algunas de las proezas mágicas requieren un mayor esfuerzo que otras, el peligro radica en que se puede perder la concentración al momento de re-fundirse, y con él se irá toda la esencia del ser…dejará de ser único, y se convertirá en energía vital. Por lo mismo es importante pensar en el sentido ético que implica el uso de la magia, mucha de la energía que empleamos para realizar hechizos en algún momento fue alguien o algo, podemos decir que son nuestros propios antepasados quienes nos ayudan en los momentos donde es necesario usar magia…les digo de inmediato que ella no se hace, está siempre ahí, nosotros nada más la utilizamos, y por ello debemos hacerlo con cuidado y para buenos fines, puesto que estamos tomando prestado algo que no nos pertenece… el cruzar la línea y romper los códigos éticos del mago es lo que nos convierte en hechiceros oscuros, a quienes no les importa malgastarla egoístamente…cagándose en todo…como culos que son.
Hasta ahí iba todo bien, la ultima frase no fue de las mejores, aunque sí inesperada, y sirvió para que muchos dejasen de pensar donde se habían quedado pegados (la mayoría estaba recién analizando la parte de “entendamos ese “todo” como aquello que “es”).
Parece complicado-agregó Marco- pero cuando lo haces es mucho más fácil que explicarlo. No me olvidare de decirles, también, que para poder usar magia deben alcanzar cierto “equilibrio” espiritual, el que destaquen mucho o den demasiada rienda suelta a ciertas emociones altera la capacidad del usuario mágico para poder completar sus conjuros con éxito. Todos pueden usar magia, pero es el equilibrio logrado quien permite en qué grado y cuan óptimo será el resultado de dicho uso.
Tenemos varios casos acá, todos los miembros del consejo superior pueden hacer uso de sus habilidades mágicas, pero solo dos (el doctor I’ll Saggio y yo) nos desempeñamos completamente como magos, los demás no se han dedicado a buscar equilibrio dentro de sus habilidades y han llegado a destacar demasiado en algunas, por lo cual no pueden ponerlas en el mismo nivel de la forma más apropiada, entorpeciendo el uso de la magia a niveles en los que se convierte en una fuerza tanto destructiva como defensiva. Puta que soy equilibrado yo, jajaja.
Sí antes los jóvenes estaban confundidos, ahora habían alcanzado un estado indescriptible de agonía mental.
Basta de charla-gritó Marco- mejor miren.
Los curiosos ojos de los novatos prestaron atención a la figura del hombre con lentes que les había ordenado mirarlo, ya medio aliviados al poder entender lo que él decía.
Marco apuntó su dedo índice hacia un árbol, dejó el pulgar levantado y cerró los otros, formando una pistola imaginaria de la misma forma que hacen los niños cuando juegan a los vaqueros. Bang-dijo- y una pequeña llamita, como una bala, salió disparada hacia el objetivo, encendiéndolo completamente.
Los muchachos estaban atónitos, eso era muy diferente y mucho más simple que lo que había hecho antes, pero aún así no dejaba de ser estupendo.
Acto seguido, y sin dejar de apuntar volvió a exclamar “bang”. Esta vez, una pequeña astilla de hielo hizo el papel de proyectil, y el árbol antes encendido quedó completamente congelado.
Esto-agregó- podemos hacerlo todos los del consejo superior, y la mayoría de los caballeros. Muy pronto ustedes también serán capaces, si se aplican, por supuesto.
Siguió parado frente a la multitud y pensó acomodándose los lentes para darse un aspecto más “cool” -los dejé pa’ la cagá, quizá cuantas ya se enamoraron de mi, Sergio, aquí va mi collera.
Eso es todo, no puedo hacer nada más por que ya casi es hora de que se vayan a artes, piensen en lo que les dije e investiguen. Matheo, el doctor I’ll Saggio, y yo siempre andamos por ahí; sí necesitan preguntarnos algo, no hay problema alguno. Además contamos con una gran biblioteca que puede serles de mucha ayuda. Bien, noh vemoooh. Vayanse.
El grupo de amigos, al que ahora se había integrado Edith, estaba pensativo. La linda joven fue la primera en hablar: ¿me acompañan?
Donde- preguntó Kamy.
Quiero preguntarle algo al profesor de magia.
El de Avelard miró a los demás, y al no encontrar ningún signo de negativa bajo aquellas “cañosas” miradas, contesto que sí.
Se pararon y avanzaron hacia Marco de la forma más rápida que pudieron, siempre con el temor de que aquel desapareciera como acostumbraban hacer los profesores en ese lugar.
Lograron alcanzarlo y la muchacha llamó su atención tocándole el hombro con un delicado dedo. El docente entonaba un “tan ta taaan” por lo bajo, se interrumpió y volteó.
¿Sí?-preguntó.
Disculpe que lo moleste-fue la respuesta- pero quisiera que me aclarara algunas dudas que tengo.
No hay drama-contestó Marco- hola Kamy, Pipíno, chucha D-gray y Chicho también. ¿Cómo baila?
Duele- respondieron los chicos al unísono- duele mucho.
Bienvenidos al mundo real, perras-bramó el profesor- ¿no querían tomar? ¡Dale que no soy yo! Y rió para adentro, pareciendo ahogarse en su propia saliva.
Ehhmmm-se desesperó Edith- ¿me va ayudar?
Ah! Claro, dime qué es lo que pasa.
Hubieron algunas cosas que no me quedaron claras- dijo la niña, cuya voz era igual de hermosa que su rostro- por ejemplo, cuando usted dijo: “. Entendamos ese “todo” cómo aquello que “es”. Mejor dicho, la magia sería la re-fundición del hombre con el entorno, con la creación, permitiendo que aquel ser que ha tomado forma para encontrase viviendo “en” (el mundo, el cosmos, el universo) pase a ser el “en” donde todos se encuentran”.
Continúa-dijo Marco, sorprendido de que esa joven recordara sus palabras una por una y que fuese capaz de repetirlas. Si ella tenía dudas, es que entonces estas habían nacido del entendimiento de la complicada explicación que él había dado.
Los conceptos que ha utilizado-argumentó la joven- son de un marcado tinte platónico, el hecho de que el ser deba “re-fundirse” quiere decir que hay algún plano primordial de existencia, donde todo es puro, por tanto aquél ser en verdad no “es”, esto dado que es alguna especie de carcaza impura, un contenedor incompleto de algo que, en un lugar, es completo. Además, usted ha mencionado a la creación, dicho “ser” incompleto ya esta presente por haber sido creado, o más bien, haber aparecido, haber nacido, vivir y existir en este plano que podría llamarse imperfecto. Entonces, éste “ser” que es “creado” pasa inmediatamente a formar parte de la creación por el mismo hecho ya mencionado, es “ser” por que “es”, y no puede ser incompleto dado que es la creación por si mismo. Entonces, ¿cómo puede re-fundirse en la creación, si es la creación misma? Y, además, asumamos que lo anteriormente dicho tuviese una respuesta simple y valida, aún cabría pensar en cómo puede algo incompleto “ser” si, al estar incompleto, sería imposible que “fuese”… ese ente incompleto no sería más que un intento de “ser”, por lo que no podemos utilizar este término para definirlo.
Marco tenía la boca abierta al igual que los novatos, antes de poder replicar cualquier cosa, Edith de los valles de Caullan siguió con su línea de pensamiento.
Volvamos a suponer-prosiguió- que todo lo que he dicho es respondido, ahí entraríamos a un conflicto ético, pensemos por un segundo en que para usar la magia recurrimos a aquél plano donde todos “son”, si “acá” somos incompletos, quiere decir que, nuestra esencia, se mantiene en su estado de perfección, por lo cual al utilizar magia, utilizamos una parte de nosotros mismos, y la noción de libre albedrío que esta academia pregona indica que podemos hacer lo que queramos mientras no dañemos al otro. En ese sentido, el uso “desmedido” de la magia podría justificarse al plantear que es la propia esencia de donde se saca la energía vital necesaria para llevar a cabo lo que nos plazca… por lo tanto, calificar a alguien de hechicero oscuro conllevaría sólo el estar en desacuerdo con sus prácticas, pero por respeto a su libre albedrío no deberíamos reclamarle nada.
Terminó de hablar, sonrió entrecerrando los ojillos, ladeó su cabeza hacia la izquierda y dijo: jum!, ¿no lo cree?
¿Y qué saen de dejarme pal pico?- preguntó Marco al aire- tuve el medio deja-vú. Y rompió a reír hacia adentro, pareciendo a punto de hacer implosión.
Edith no comprendía por qué eso le provocaba risa, para ella, sus preguntas habían sido obvias. ¿Creerá, quizá, que soy ridícula al no haber podido encontrar la respuesta a algo tan simple?-pensó.
OH, OH OH-jadeó el mago- puta la wea bacan. Mira… ¿tu nombre, perdón?
Edith- dijo borrando lentamente su anterior sonrisa, producto de las dudas que la atormentaban.
Bueno, Edith-contestó el de las gafas- lo que dije anteriormente era sólo la forma “simple” de explicar algo tan complejo como la magia. Sinceramente, no me esperaba que alguien me saliera con preguntas tan brillantes. Siempre pasa que nadie entiende nada, y luego aprenden por uso, casi por un entendimiento de la mente, sin pasar por todas esas cavilaciones filosóficas, es algo que parece instintivo.
El que Marco dijera que sus preguntas eran brillantes relajó mucho la preciosa dama. Por lo que se sintió motivada a seguir con aquella conversación.
Entonces, ¿podría explicarme?-dijo.
La verdad-dijo Marco- nos pasaríamos la tarde entera discutiendo y no llegaríamos a un puerto muy seguro. Lo mejor que puedes hacer, es buscar la respuesta por ti misma para que encuentres la que te parezca más satisfactoria. Puedes empezar por esto.
El profesor abrió otro de sus bolsitos que llevaba al cinturón y de él extrajo un gran libro (nadie se preguntó cómo algo tan grande cabía en un bolso tan pequeño por miedo a ser victima de algún accidente extraño, tal cual había ocurrido con D-gray).
Este libro-agregó- lo escribimos Matheo y yo en colaboración con un amigo a quien se le daba muy bien la filosofía, te lo presto para que lo leas y lo estudies. Puedes hacer todas las anotaciones que quieras, incluso las que ya tiene pueden ser de ayuda. Tomate tu tiempo, es difícil comprender a cabalidad quince mil paginas de locura extrema, aunque con tu cerebro, dudo que sea una tarea demasiado ardua.
Le pasó el gigantesco volumen y ella lo tomó sonriendo de oreja a oreja, la portada era de cuero rojo y en ella se leía en una lengua extraña:
“In magic we trust”
Recopilación de ensayos y teorías sobre el origen y debido uso de la magia.
Por Marco “V” de Gales
Matheo “M” I’ll Saggio
Prefacio, conclusiones filosóficas, fe de erratas y estudio posterior por
Sabin “G” Figaro.
Ándale-pensó Kamy- además de fuertes, los profesores del consejo superior parecen ser unos genios.
Ok, si tienes más dudas, con Kanna siempre conversamos de esto en el bar cuando nadie más se nos puede unir, eres bienvenida, si quieres.
Sip-exclamó alegre la joven- ahí estaré cuando pueda, y si los encuentro.
Eso es todo entonces, yo me voy a la mierda… noh vemoh.
Y Marco desapareció raudo por entre los árboles, hasta perderse en la lejanía.
¿Te ayudo con eso?- le preguntó Kamy a Edith- no vaya a ser que se te disloquen los hombros con el peso de esa cosa.
Nu-dijo ella- debo acostumbrarme, desde ahora lo llevaré siempre conmigo para poder estudiarlo en todo momento.
Mejor te compras una mochila-dijo Pipíno- así en las manos no va a cundirte mucho.
No se por qué-se incluyó Chicho- las personas se interesan tanto en asuntos vagos, por mi parte me quedo con aquello que es concreto y que tiene una sola respuesta.
Cada quien con su cuento-dijo Edith- a mi sí me interesa.
Tenía aquél pesado ejemplar en las manos y no aguantó abrirlo en ese mismo momento, levantó la tapa y pasó por la primera hoja en blanco hasta a la que, paradójicamente, precedía al prefacio, leyó lo que estaba escrito ahí, era algo que parecía, más bien, una dedicatoria infantil hecha a mano:
“Son las seis de la mañana, ya no me quedan cigarros, ni hablar de la cerveza, ya que Kanna y Saito me asaltaron a eso de las tres. Estoy muy molesto por la falta de sueño, más encima, Yess lleva un buen rato webeando para que me vaya a acostar, dice que es tan inútil escribir sobre esto como lo es preguntarse por qué los pobres no pueden vivir mejor; pero aún así no cesaré en mi trabajo, voy a convertirme en su peor pesadilla, seré como un pene en sus traseros, sabrán que sus anos sufren la misma expansión al cagar, pero que no es lo mismo. Sufrirán y se arrepentirán de haberme pedido que hiciese esta tarea con ustedes, no se me escapará ni el más mínimo error, mis conclusiones sobrepasarán el máximo de quince paginas que exige la tésis y, oh hell yeah, nos van a reprobar a todos. Tendremos que golpear a ese maricón de Fuguet por no saber pedir ensayos y menospreciar nuestras capacidades intelectuales, de paso, podemos enseñarle a escribir, ¿no, Marco? xD
Ahí voy, Yess sigue webeando, sinceramente, en una hora más me iré a trabajar al cuervo, es más tranquilo, si no logro irme, la mandaré a la chucha. Vamos allá, cabros.
Por y para ustedes
Sabin, el gurdo!
Edith no pudo evitar sonreír. Deben haber sido muy buenos amigos-pensó- Quizá algún día me lo presenten, si el profesor confió en él para que hiciera el estudio posterior y todo eso, no debe ser tan tonto…aunque su forma tan vulgar de expresarse me dice otra cosa. Pero parece alguien interesante.
Acto seguido, cerró la tapa y se apresuró a caminar con el resto, si los chicos hubieran leído los nombres de los autores, podrían haberle dicho lo que sabían sobre el tercero, pero nadie se intereso en un libro tan grande…eso los aterraba.
En otra ocasión le preguntaría a Marco por su amigo tan ordinario. Ahora debían llegar a la clase de arte, ya se habían quedado ahí lo suficiente… no podían perder un segundo más.
Kamy iba a la cabeza del grupo, cuando llegaron al salón de artes, vieron a una gran multitud de mujeres que chillaban locas de emoción, eran todas de cursos superiores, y levantaban pancartas que rezaban: “fan club oficial, las jet-kuneditas”.
Se abrieron paso hasta donde pudieron, Chicho sugirió que Pipíno (dada su musculosa complexión) subiera a Kamy a sus hombros para que pudieran ver por sobre las gritonas fanáticas de fuese lo que fuese.
Así lo hicieron y Kamy se dio cuenta de lo que pasaba.
Dentro del salón, rodeado de muchas pinturas, estaba Sergio sin camisa en el centro, sacando músculos y estático. La cabeza de Shinku de Galielle se asomaba a intervalos detrás de un gran lienzo.
Quédate quieto poh weon- le decía a Sergio- mira que tengo que dar clases en un ratito, si no lo haces, rompo esta wea y te vas a la chucha.
No poh Shinkitu-rezongó homosexualmente el de Stiffler- esto es un regalo para que María lo tenga en su pieza, así siempre se acordará de mí.
Saco de wea- fue la respuesta.
Sergio, te amamos!- gritaban todas afuera, vueltas locas por el atlético cuerpo de Sergio, su piel morena y sus ojos verdes… los hombres, por su parte, pensaban: “es el típico maraco que se agarra a las minas haciendo fachada, ¿en que mundo se ha visto un moreno de ojos verdes? Han de ser de contacto.
Listo!-gritó Shinku llena de jubilo- ya está terminado.
Sergio volvió a moverse y caminó hasta la mujer tras el lienzo.
Espectacular-dijo- has logrado capturar toda mi belleza, nunca pensé que ella pudiera caber en un cuadro.
Págame ahora-respondió secamente la rubia- o si no, no te lo doy.
Bueno, bueno-contestó el otro- toma.
Dicho esto le entregó un gran fajo de billetes que sacó del bolsillo.
Estamos listos-agregó- ahora yo me voy a darle a María… digo, a darle el regalo.
El galán salió de la sala perseguido por todas sus fanáticas. Ya fuese por alguna especie de aweonamiento crónico, deficiencia mental, mero olvido o simple vanidad; dejó su camisa dentro y partió con el torso desnudo a encontrarse con su enamorada numero uno, la cual había sido la fundadora y primera presidenta de las “jet-kuneditas”.
Viendo la entrada despejada, los novatos de primer año entraron. Kamy se golpeó la frente con la parte superior del marco de la puerta, ya que seguía montado en los hombros de Pipíno.
Sorry-dijo este- se me olvidó.
No te preocupes-respondió su amigo- a mí también se me olvidó.
Los otros tres se rieron.
Cuando ya todos habían entrado, Shinku de Galielle los dispuso para que se sentasen en circulo, así ella quedaría al centro, argumentando que servía para que todos se mirasen las caras y no estuvieran tan “cuadrados” al ponerse en fila, unos tras otros, mirándose la nuca.
Artes-exclamó- eso es lo que veremos acá, no crean que por querer ser caballeros van a pasársela sudando y aprendiendo cosas de violencia. El arte es sublime, y en él se refleja la esencia misma de la persona. Todos nuestros sentimientos han de aflorar cuando entramos en contacto con el arte; ya sea una pintura, una canción, un instrumento de música, un soneto o una fotografía, debemos aprender a liberar todo aquello que debamos. Tendremos que aprender a mirar el mundo con los ojos de un artista, tanta guerra y depravación pueden llevar al mundo a un colapso final. Pensemos, por un segundo, terminasen los conflictos y comenzase una era de paz. Los sacrificios para llegar a ello no valdrían la pena si aquellos a quienes les toca vivir en ese nuevo mundo, no pueden reconstruirlo con la sensibilidad necesaria, de nada serviría que las nuevas generaciones no puedan heredar los sentimientos de aquellas que ya se fueron, que no conozcan su pasado, el cual se expresa a través de sus manifestaciones culturales, que serían como las huellas digitales que las antiguas épocas han dejado al tocar el lienzo de la historia.
Todos escuchaban atentos, más allá de estar ensimismados por la belleza de aquella mujer, los novatos se sentían acogidos y menos atemorizados; sobre todo si comparaban aquella introducción con la que Marco de Gales les había dado minutos antes.
O sea que-levantó Pipíno la mano- ¿si yo toco guitarra, estoy haciendo arte?
Claro, Pipíno- le respondió la profesora- cuando tocas un instrumento, vacías el contenido de tu alma, todo aquello que piensas, todo aquello en lo que crees es transmitido a través de cada una de las notas que tocas. Esa energía fluye en el aire y llega a oídos de quienes la escuchan. ¿Acaso nunca has sentido tu piel erizarse cuando interpretas alguna melodía? O cuando escuchas a otro ¿no puedes sentir la ira o la alegría del intérprete?
Claro que sí-exclamó Pipíno-, el punk es música de protesta, con ella descargo todo lo enojado que me siento con la injusticia.
Eso-señaló la maestra- querido amigo, es arte… ni más, ni menos.
Pipíno miró a D-gray, los dos guitarristas sonrieron. Al fin alguien les permitiría expresarse tal cual ellos querían, las ataduras habían quedado atrás. Se sintieron aliviados, alegres y esperanzados.
Como es el primer día que tienen clase conmigo, quiero que sea algo especial-dijo Shinku- por eso, no haremos nada nosotros… el día de hoy nos dedicaremos a la parte contemplativa, así que observaremos los trabajos que se encuentran en esta sala de arte, además, los dejaré mirar mi estudio, donde una gran colección de fotos y pinturas se encuentran exhibidas.
Con paso ligero, Shinku de Galielle se dirigió hacia una puerta que había en una pared, la abrió y por ella se dejo ver una sala al menos diez veces más grande que la en la que estaban.
Por aquí-dijo- háganlo en grupos, solos…de la forma que más les plazca. Si quieren preguntar por alguna, sólo díganmelo.
Edith, Kamy, Chicho, Pipíno y D-gray no se hicieron esperar…cruzaron la puerta recién abierta y comenzaron el recorrido. Éste era muy diferente al que se podría esperar de un museo o una galería de arte. Por aquí y por allá se dejaban sentir las conversaciones y los comentarios de los estudiantes. Unos reían con ciertas fotos ampliadas, otros decían que algunas de las pinturas eran “espeluznantes, así como para cagarse”, mientras había otros que hablaban de la hermosura de unas.
Al fondo de aquella habitación, en toda la pared, estaba pintada la imagen de un niño pequeño que corría entre burbujas bajo un cielo vestido del más puro azul.
Que lindo-exclamó Edith, que todavía sostenía el pesado libro que le diera Marco, enternecida por la imagen- ¿me pregunto quién será?
Shinku, habiendo oído a la joven, se acercó y dijo: “es mi hijo, se llama Christopher, ¿a que es precioso?
Jum!-dijo la niña toda sonriente- ¿cuantos años tiene?
Cuatro-respondió la dama- esta obra es reciente, la pinté acá para poder tenerlo cerca siempre.
Los chicos no habían pensado en eso hasta entonces, pero la labor de los profesores debía consumir gran parte de su tiempo. Además, eran jóvenes, seguramente había muchas cosas que no hacían por impartir clases en ese lugar. Shinku, además, debía haber sido madre ya muy joven… probablemente a los diecisiete. ¿Cuántas veces vería a su hijo al día? Sin duda el sacrificio de aquellas personas, quienes no los superaban por más de cinco años en cuanto a edad, debía ser hecho con todo el corazón.
Miren cabros-dijo Kamy- Walter y Saito estan acá, en esta foto.
Los muchachos, con Edith y Shinku un poco más atrás, se acercaron a ver la foto que decía Kamy.
En ella podían verse tres hombres posando de frente hacia la cámara.
La foto estaba enmarcada, al lado izquiero, Walter miraba con una sonrisa muy masculina mientras sostenía un cigarrillo entre sus labios, al lado derecho, Saito miraba sin su característica cara de sueño, tenía las manos en los bolsillos y también sonreía. En medio, un adolescente de cabello enmarañado a quien Kamy reconoció como aquel que salía en las fotos que viese con Chicho el día anterior, cuando habían almorzado con Shinku y Kanna. El tipo vestía ropa negra, una polera que decía: “austin 3:16”. Llevaba una chaqueta remendada, unas gafas oscuras que actuaban como cintillo en la frente, dejando ver sus ojos muy abiertos, y fumaba.
Los tres se veían muy alegres, y se notaba que eran amigos.
En la esquina de la foto alguien había garabateado: “¿acaso podemos ser más cool?
Pero si el del medio es Sabin-señaló D-gray- cielos, estaba más flaco…aunque ya tenía ponchera.
¿Así que ese es de quien tanto hablan?-dijo Chicho- con Kamy ya lo habíamos visto.
Oh, claro-recordó Shinku- en las fotos que les mostramos el otro día.
Edith reparó en la foto, sin duda Walter y Saito eran muy apuestos de jóvenes (aún lo seguían siendo, pensó, claro que Saito necesita despertar un poco, jeje). El de en medio tampoco estaba nada mal, claro que debería haberse afeitado aquel patético intento de barba que llevaba, y quizá cambiarse la ropa. Aunque sus ojos le llamaron la atención, le parecieron muy sinceros, tanto que aquel joven se mostraba como alguien que vivía sin inhibiciones ni mascaras de falsedad.
Un momento-reaccionó- ¿dijiste Sabin, D-gray?
Sí, ¿por qué?-respondió.
Shinku giró hacia ella: ¿lo conoces?-preguntó.
Edith negó con la cabeza. No es que lo conozca- agregó- solo que él figura como colaborador en este libro de magia, además, hay una pequeña anotación de su puño y letra que dejó para los autores. Bastante vulgar, si me lo pregunta.
Shinku sonrió. ¿Puedes dejarme ver eso?-pidió a la niña.
Aquí tiene-dijo Edith pasándole el libro.
La dama de Galielle abrió la tapa y se puso a leer la anotación que Edith había mencionado. Cuando ella tomó el libro, los chicos pensaron que sus delicados brazos cederían ante el peso; pero no fue así.
Dos lagrimas bajaron por su blanco rostro, estas se asemejaban a gotas que se deslizan por los costados de un inmaculado glaciar.
De esto ya hace mucho-dijo secándose los ojos mientras cerraba el libro y se lo devolvía a la bella de Caullan- hace tres años que Sabin se fue de aquí, lo unico que hemos sabido de él, más allá de meras supocisiones y rumores sobre su paradero, es lo que D-gray nos contó anoche.
Ya veo-dijo Kamy- ¿eran muy buenos amigos?
Claro-dijo la profesora- él era mi mejor amigo… todavía lo es.
Entonces-continuó el de Avelard- ¿por qué se fue? Eso no parece algo que un amigo haría, menos no dar noticias durante tres años.
No lo entenderías-contestó la mujer- tenía sus razones, además…esa perra…
El grupo de novatos se miro entre ellos, la profesora se había puesto muy sensible, aunque claro, ella era una artista, así que ese debía de ser su comportamiento normal.
Yo quiero seguir viendo-exclamó Pipíno rompiendo el incomodo silencio que se había dado sitio- mejor vamos más allá, ¿no?
Tienes razón-declaró Shinku- mejor sigamos.
Caminaron un poco y encontraron otra foto, en ella Bardiel (el profesor de lógica ilógica) sostenía a un bebe en sus brazos que, Kamy supuso, era Christopher. El resto del consejo superior, incluido también el ahora ausente Sabin, se encontraba dispuesto a los lados.
Vieron muchas imágenes ese día, la última fue la más impresionante.
Era un campo yermo, lleno de cuerpos por doquier, el cadáver de una gran bestia se encontraba tirado, era un wyvern, Edith lo supo de inmediato, puesto que se le daba muy bien la mitología. Kanna, Saito, Walter y Sabin estaban a los pies del monstruo, todos sucios y cubiertos de sangre. No se podía distinguir si era la propia o si pertenecía a algún otro desgraciado que se había cruzado con ellos en batalla. Oso miraba seriamente hacía el sol, dando la espalda al lente de la camara, Jesús fue captado en medio de una risotada, Shinku, Elba, Bardiel y Sergio estaban felicitandose. Por su parte Marco estaba tirado en el suelo y, más allá, Matheo I’ll Saggio (a quién Pipíno reconoció como tal) se encontraba revisando a algunos hombres que eran transportados en angarillas.
Shinku notó las curiosas miradas de sus alumnos: esta foto fue tomada al final de la segunda gran guerra, la ultima que se libró con el Imperio, y la que ha delimitado al mundo tal como está ahora-dijo.
Impresionante- fueron las palabras de Kamy- ¿en serio el Imperio usaba monstruos alados como esos?
Wyverns-corrigió Edith- así se llaman.
Yo-dejó escapar Pipíno-simplemente no podría enfrentarme a algo así.
Nadie ha dicho que hayan dejado de usarlos-aclaró Shinku- lo que pasa es que no nos hemos agarrado a guerras. Créeme que cuando se trata del Imperio, un wyvern es una pequeña cosa, de entre todas las que debes preocuparte. A ese lo mató Raúl solo.
¿En serio?- se asombró Pipíno- que hombre más temible.
Shinku rió: no por nada somos parte del consejo superior, ¿sabes?
Así terminó la clase de artes… todo fue mejor de lo que esperaban. Se entretuvieron mucho, además de que nada extraño había pasado. Ahora debían ir a almorzar para continuar con lógica ilógica.
Llegaron con algo de tiempo al comedor y lograron quedar bien posicionados en la fila. Comieron carne de cordero con papas fritas y partieron hacia lógica ilógica.
Al llegar al lugar acordado, lo que vieron los sorprendió. La joven Edith se ruborizó y tapó sus ojos, con aquellas manos tan hermosas.
¿Cuál era el problema? Simplemente el hecho de que Bardiel de Nanni, profesor de ese ramo, estaba completamente desnudo.
Hooolaaaa-dijo alargando el “laa”- bienvenidos a mi clase, prepárense para sufrir…ñiajiajia.
¡Póngase ropa, señor!-gritó una escandalizada chica- se supone que usted debería andar vestido.
¿Quién lo dice?-preguntó burlón Bardiel.
Bueno-respondió la muchacha- es lo lógico, la gente se viste para salir a la calle.
Bienvenida a lógica ilógica poh weona!- bramó el profesor a los cuatro vientos- si fuese tu enemigo, te habrías quedado paralizada al encontrarme en pelotas, no habrías sabido que hacer mientras yo te violo y te doy el máximo placer antes de matarte.
Kamy no pudo evitar cagarse de la risa, aunque también sintió ganas de huir.
Eso pasa-prosiguió el hombre desnudo- cuando todos piensan que las cosas deben pasar de una cierta forma pre-establecida. Sus mentes son débiles, ¡de maraca barata!
Edith venció sus miedos y se descubrió los ojos.
Cualquier cosa es posible-siguió Bardiel-, sobre todo si hay ilusionistas alrededor. Acá en esta clase, en vez de tratar de aprender a como salirnos de una ilusión, aprenderemos a movernos en ellas y enfrentarlas. Nada mejor que matar a quien nos quiere cagar con su propia mierda.
No creo que cualquier cosa pueda pasar-interrumpió Chicho valientemente- simplemente hay cosas que están fuera de toda posibilidad.
¿Enserio crees eso?-preguntó el profesor- ¿sinceramente lo crees?
Claro- respondió el joven escéptico.
Antes de poder volver a decir otra cosa, una pequeña compañía de penes (sí, penes) llegó haciendo extraños movimientos y cantando: “somos los piquitos, te abriremos el hoyito”. Las mujeres gritaron y comenzaron a correr en todas direcciones. Los hombres, por su parte, se tapaban el trasero con las manos y se alejaban de la misma forma que hacen las personas que se enfrentan a una serpiente, una muy venenosa. Quizá esa amenaza que tenían en frente no tuviese veneno para matarlos, pero ellos la sentían igual de peligrosa.
Bardiel danzaba al compás de la tonada, como un sátiro en los bosques. Luego su voz se dejó oír dentro de la cabeza de cada uno de sus estudiantes: ¿y qué si se te aparece una weá así en medio del campo de batalla? Pequeños incrédulos, ahí tienen un montón de “los cagué”…por favor, chúpenlos por sacoeweas!!
Los penes desaparecieron tan súbitamente como habían aparecido. Chicho se arrojó en posición fetal al suelo y comenzó a llorar: imposible, imposible-decía- nada de esto está pasando.
Ahora sí que Kamy no daba crédito a aquello que había presenciado, jamás en su vida el terror se había manifestado tan fuertemente. Pero, a pesar de sentir repulsión por lo que Bardiel acababa de hacerles, comprendió los motivos. La guerra no era un juego, debían ser capaces de hacer frente a todo tipo de situaciones. Ahora entendía el por qué un wyvern resultaba solo una parte de todas las preocupaciones que debía tener un guerrero en el campo de batalla.
Recuerden, cabros-habló un Bardiel más sereno y solemne, que ahora se encontraba vestido (nadie supo en qué momento lo hizo)- no deben esperar a que sólo pasen cosas. Lo esencial es enfrentarlas cuando llegan, sin importar el modo en que lo hagan.
Todos asintieron con la cabeza.
Ya poh-dijo el profesor- acérquense, sí la parte miedosa ya pasó.
Los estudiantes volvieron a disponerse sobre el suelo, aunque había muchos chicos que mantenían sus manos en las “pompas” a modo de protección, en caso de que regresase el pequeño ejército de “falos”.
Entonces-prosiguió el que impartía la materia- no sólo de lógica ilógica hablaremos aquí, el tema de las técnicas de batalla mental es un asunto que tiene que importarnos mucho. ¿Cómo enfrentarnos a weás que superen todo lo que creemos lógico? Vamos a tener que someter nuestros cráneos a las cosillas más locas que podamos ver!
Nuestras técnicas de batalla mental serán muy diferentes en lo que a la “agudeza mental” (que imparte mi amigo Saito) respecta, pero las dos weás van juntas.
Dicho esto, vamos a la acción, mierda!
Bardiel comenzó a bailar y explotó, dejando un cráter humeante.
Sin saber qué hacer, los estudiantes se quedaron solos, algunos se restregaban los ojos, otros no pensaban en otra cosa que irse de ahí; Chicho aún lloraba en el suelo.
El cielo se nubló, se escucharon ruidos de tormenta y comenzó a llover. Pero la lluvia era salada, demasiado salada.
De pronto, allá en las nubes, la figura del profesor fue divisada, tenía el cierre abajo y orinaba muy feliz. El solitario chorro que brotaba de su “sello de masculinidad” se multiplicaba antes de llegar al suelo, abarcando todo el sector de entrenamiento. Ahora sabían por qué la lluvia tenía ese sabor… su profesor los meaba desde el cielo.
El pánico no tardó siquiera un segundo en darse lugar, los desesperados novatos corrían de un lado a otro, empujándose y cayendo al suelo a ratos. Chicho seguía llorando.
La lluvia cesó, el cielo se despejó y el sol asomó más radiante que nunca.
Sintieron pisadas, pero eran muy grandes, estas se hicieron más rápidas y se transformaron en un trote, el sonido llegaba desde todos lados, pero no podían ver nada. Sin previo aviso, una manada de Tirano saurios Rex llegaba hacia los jóvenes, sobre cada uno de los pre-históricos monstruos había un Bardiel que los montaba cual jinete a su caballo.
Conozcan a mis mascotitas-gritaron los Bardiels- tienen hambre… ¡y mucha!
Las bestias les dieron alcance. Todos prorrumpieron en gritos mientras los dinosaurios se daban un gran festín con los cuerpos de los ahí presentes.
Kamy agarró a Pipíno y a Edith, se sobrepuso como pudo al temor y corrió con ellos. Chicho ya había caído, estaba en posición fetal, una de las bestias acercó su enorme boca hacia él y lo tragó.
D-gray corrió la misma suerte, uno de los animales lo tomó entre sus fauces y cerró las poderosas mandíbulas en la parte abdominal, tragándose sus piernas y dejando el resto tirado, con las vísceras manchando el pasto.
Kamy corría, no podía hacer más. El instinto de supervivencia era fuerte en él.
Más rápido-gritaba su cerebro- más rápido. Sus piernas hacían todo lo posible por obedecerle, pero hay un límite para las proezas humanas. Ni siquiera el miedo a la muerte pudo llevarlo más allá.
En plena carrera, Kamy chocó contra una muralla, o al menos eso pensó, puesto que cuando se repuso del golpe, puedo ver a un hombre de raza negra y turbante que se encontraba parado frente a él. Había chocado con su musculoso cuerpo.
Hola mi shico-dijo el negro- yo soy Hamurabi, el genio, te puedo conceder tres deseos, pero debes probar ser digno de ellos.
Presa del terror, Kamy vio a éste ser como su única salida. No podía pensar racionalmente, así que no meditó el cómo es que ese genio se encontraba allí y por qué justo él se lo había topado.
¿Cómo puedo probarlo?-preguntó.
Así mismo-respondió el genio- probando, pero probando éste.
El genio se bajó los pantalones y dejó ver un pene que haría que la profesora Kanna sonriera por un año entero. (Hombre, que no me dejes como warra! Pero venga, que es cierto en su parte*)
Debes chuparlo, shico-agregó el negro- si no, no te concedo nada.
Kamy no pudo más y echó a llorar.
Ok-dijo Bardiel- eso es lo que se puede hacer en estos días sin matar a nadie.
Todos los muchachos se levantaron y vieron a su alrededor. No había rastro alguno de sangre o cuerpos mutilados; al parecer, cada uno había tenido una visión diferente del asunto. Aún así, les tomó un buen rato reincorporarse y dejar, en parte, el miedo que habían sentido hace un rato.
El más sereno de todos era Pipíno, parecía poseer una gran resistencia física y mental. Cuando estaban todos sentados, y luego de haber comentado lo ocurrido, habló.
Profesor-dijo- sí usted tiene esta clase de poder, el cual intuyo es capaz de afectar a muchas más personas, ¿cómo es que necesitamos soldados, sí algo así podría darnos la victoria en cualquier guerra?
El resto del grupo se sentía de acuerdo, no podía existir alguien que saliera tan impune si JP mostraba todo su poder.
¿Acaso crees-respondió Bardiel con otra pregunta- que por ser bueno en esto, soy el único que puede hacerlo?
Nadie habló más.
Que cansado, que cansado- dijo Kamy a sus amigos en el comedor- hasta entonces nunca me había agotado tanto. Y para qué decir el miedo, jamás lo había sentido en tal grado.
Sí- respondió tristemente Chicho- empiezo a dudar de todo aquello en lo que he creido.
¿Tan así?-preguntaron a coro Edith, Pipíno y D-gray.
Así de así-dijo.
Pipíno se levantó y miró desafiante a su amigo.
El que está hablando ahora no eres tú, Chicho-dijo- solo es el temor de enfrentarse a lo nuevo.
No lo sé, creo que mejor me voy a dormir.
Pero aún nos queda una clase-dijo Edith- tenemos que ir a sigilo y agudeza mental.
Sí, pero es probable que el tipo que la imparte se quede dormido o nos invente algo para no hacerla-dijo Chicho.
Mejor lo averiguamos allá-cortó D-gray- se nos está haciendo tarde.
De esa forma caminaron todos hacia el campo de entrenamiento D-14, lugar donde Saito L. Gabianni mostraba sus habilidades y las traspasaba a sus estudiantes, si es que no tenia sueño.
En el camino se toparon con otros jóvenes. Margarina ,amiga de Edith, le preguntó diecisiete veces en treinta segundos donde había estado todo el día, si ya no eran amigas y si es que acaso no la quería. Al ver a Chicho, cambió el tema y se llevó preguntando quien era él, destacó su simpatía (a pesar de que él jamás le habló, es más, ni siquiera la miró).
A los chicos había caído muy bien la hermosa Edith, pero su molesta amiga los estaba volviendo locos. Fue por eso que, uno a uno, se fueron separando de las mujeres y tomando caminos distintos hacia la clase de Saito para “pasar piola”.
Pipíno se adelantó a todos, casi llegaba al campo cuando una explosión de colores verde y rojo lo tumbó.
¡Cómo que me hacía falta esta weá!-dijo una voz familiar.
A mi también, viejito!-respondió otra, igual de familiar.
Ambas voces comenzaron a reir y una tercera, que era de mujer, dijo: Chicos, ¿van a seguir o no? recuerden que tienen que apurarse antes de que lleguen los niños a la clase de Sai-kun.
Pipíno alzó la vista y pudo distinguir, habiéndose ya disipado el humo, a Saito parado frente a Sir Walter Reed. Ambos parecían agitados. Un poco más lejos se encontraba Elba de Helvez, quien los miraba con cara de mamá preocupona.
Ella fue la primera en reparar en la presencia de Pipíno.
Oh, pero si es un jovencito-dijo- apuesto a que estos inmaduros lo asustaron con sus niñerías. No tenga miedo, levántese.
Pipíno no se había asustado por aquella explosión, de hecho, incluso durante la clase de Bardiel había sido capaz de mantener el control. Pero la mirada de Elba, le hizo pensar que de una negativa no resultaría nada bueno. Solo con verla lo supo, ella era una dura mujer tras una mascara de dulzura.
Se levantó y avanzó hacia ellos.
Pero si es Pipíno-dijo Saito- justo la persona en quien estaba pensando.
Aaa, culiao-reclamó Walter- ¿o sea que no estabas pensando en nuestro entrenamiento?
Es una forma de decir-se disculpo el de aguda mente- si no me enfocara en la lucha cuando entrenamos, capaz que me mates.
Wujuu!-declaro Sir Walter.
Volviendo a ti- dijo Saito retomando el hilo de su anterior declaración- conversé con Bardiel hace un rato, y me dijo que ya hizo su clase introductoria. ¿Cómo te fue?
Pipíno pensó por un momento (en realidad, reparaba en lo despierto que se veía el profesor, comparado con las otras veces que había podido verlo) y luego dijo: fue bastante agitado, me sentí desfallecer; pero luego comprendí que todo era una ilusión y logré sobreponerme al miedo.
Tal como él dijo-le habló Saito a Walter- ¿qué te parece?
Mucho potencial-respondió su amigo- ya veo para donde vas.
Así es… Pipíno, quiero proponerte algo- le dijo Sai-kun.
Y, ¿qué sería?-preguntó el otro.
Entrena bajo mi tutela-fue la respuesta- haz llamado mi atención y, sinceramente, eso no pasa a menudo.
Pipíno miró incrédulo al profesor por unos segundos, pero al no encontrar tinte de broma en su mirada se animó a preguntar.
¿Por qué yo?
Ya lo dije-fue lo obtenido por respuesta- llamaste mi atención… entrena conmigo, y será el novato más fuerte del lugar… ¿qué dices?
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