sábado, 7 de mayo de 2011

Capítulo II “El consejo superior”


Kamy  miró el amplio salón dorado; este parecía una gran aula magna con butacas de mármol, filas y filas de ellas que se apilaban una tras otra en orden ascendente. Al fondo del salón, para que fuese visible por todos, se encontraba una amplia mesa donde había varios sitiales de plata. El del medio, y el más grande, era ocupado por un muchacho robusto, de cabello rojo y tez blanca que conversaba despreocupadamente con un sujeto que ocupaba el sitial de la derecha. Éste estaba bien desaliñado y bostezaba con frecuencia… a Kamy le recordaba un cantante con cuyo nombre no podía hacer lo mismo.
En total, los sitiales eran doce, pero de ellos solo once estaban ocupados. Muchas figuras, la primera de la izquierda era una hermosa mujer; de las más bellas que Kamy  hubiese visto. Sus largos cabellos dorados le caían por los hombros hasta la cintura, su rostro era blanco como la nieve y en él se reflejaban, al mismo tiempo,  dulzura y firmeza de temple. Sus ojos eran como dos perlas recién extraídas de la mar y se encontraban decoradas por unos hermosos lentes, mientras su nariz respingada y perfecta era reflejo de la mayor  de las alcurnias. Miraba a los novatos con aire distinguido y una sonrisa que cautivaba a todos los presentes mientras, intermitentemente, intercambiaba palabras con quién seguía en la mesa. Era éste un hombre alto, de mirada penetrante y rostro jovial y alegre; parecía reírse de todo en buena gana y, ya fuese mal interpretación o pura verdad, se podía pensar que jamás la tristeza había pasado por la vida de aquel varón. A su lado estaba Sergio, quien había dejado a los novatos para tomar su lugar como miembro del consejo superior, junto a él estaba el sitial vacío, al lado de éste el hombre pelirrojo seguido del dormilón ya mencionado, a quién le seguía una fina muchacha de baja estatura y pelo también rojo, aunque notábase que no era su color natural, se presentaba fuerte y seria, sin que en ello mermase su tamaño. En la otra silla estaba sentado un muchacho de gran tamaño, moreno como los guerreros de las montañas, de mirada profunda, de esas que no vacilan, prestaba especial atención a las novatas. Luego se veía otro joven grandísimo, de cabello disparatado que parecía absorto en asuntos más importantes que los que ahí se tratarían, seguido  de otro con gafas que hacía muchos movimientos erráticos y violentos con sus manos al conversar con la mujer que cerraba el grupo. Esta lucía como una rockera de las que hablan los libros de historia, pensó Kamy, su figura era sexy y atraía las miradas de muchos novatos. Tenía los pies sobre la mesa y se reía conversando con su vecino, el cual seguía dando violentas palmadas al aire.
No lo había notado hasta ese entonces, pero sobre la mesa  había un gran palco. En él se encontraban sentados hombres y mujeres con aires de señor y gran dama. Todos poseían la típica mirada de quien por derecho de cuna se siente un hombre superior, todos menos dos, macho y hembra respectivamente, que vestían atuendos menos vistosos que los del resto y poseían tranquilas sonrisas; ocasionalmente miraban el sitial vacío y sus rostros mostraban nostalgia, una nostalgia que contrastaba con la serenidad que estos exhibían.
Ya habiendo entrado todos los novatos, el muchacho pelirrojo se paró y miro a la audiencia.
Excelente-  resonó su voz por el salón-, ahora que estamos todos acá, me permito darles la bienvenida en nombre del consejo superior y la hueá!
Todos permanecieron en silencio un rato, sorprendidos de que las primeras palabras del renombrado Sir Walter Reed incluyesen un improperio tan rápido. Kamy no podía aguantar la risa, mientras las gentes del palco se mostraban visiblemente afectadas, exceptuando a aquellos dos, quienes reían de buena gana; parecían conocer a Sir Walter.

Uooo, sorry- Prosiguió- es la presión, me puse nervioso. En fin, estas personas que ven aquí sentadas junto a mí, son lo que se conoce como el consejo superior y me gustaría que cada uno empezase por presentarse. Les recuerdo que ellos son quienes imparten las clases y llevan las riendas en este lugar.
Desde el palco se oyó a un hombre toser insinuando algo, miró a Walter como pidiéndole que recordase algún anuncio importante. Él le devolvió la mirada en forma amenazante, ella reflejaba molestia. Y si bien el hombre se vio intimidado, no dudó en hacerle señas con las manos.
Ok- dijo con tono fastidiado el director del consejo- antes de pasar a las presentaciones, debo decir algo,  en el palco de arriba se encuentran los señores de los países de la unión; ellos son  al mismo tiempo quienes ponen lo fondos para que la academia siga funcionando, no pediré aplausos  puesto que no corresponde. Se supone que debo retirar lo anteriormente dicho, ya que, en teoría, son ellos quienes llevan las riendas aquí. Hecha la “amigable y respetuosa” presentación, los señores de la unión lanzaban mirabas ofendidas y cuchicheaban entre sí, mientras que la pareja seguía celebrando los dichos de Walter.
¿Ven el sitial vacío que está junto a mí? –  Preguntó al público el de rojos cabellos-, pues bien, lleva mucho tiempo así y la gente del directorio, los ancianos de allá arriba, decidieron que ya era tiempo de que alguien lo ocupara. Este gentil personaje- añadió sarcásticamente refiriéndose al hombre de la tos- ha recomendado a alguien para ello, por favor pase.
Por el lado izquierdo hizo su entrada un sujeto grotesco, se le veía completamente desarreglado y caminaba mirando despectivamente a la audiencia. Se paró frente a la mesa, miró al palco y saludó al político, quien hizo lo mismo con una sonrisa de oreja a oreja.
Bueno, esta cosa que ven- prosiguió Walter- es…
Alto- lo interrumpió el sujeto- me parece que soy bien capaz de presentarme a mi mismo, así que déjame hacerlo como se debe.
Haz la chuchá que quieras- dijo Walter- total… a mi ¡qué!
Perfecto- siguió el otro- mi nombre es Nobi de Kintazult, soy el hijo del ilustre señor del país de Kintazult y he venido a ocupar mi lugar en el sitial del consejo superior como noble que soy. Es una lastima que se permita entrar a gente sin clase a este lugar, pero no se preocupen, los haré sufrir hasta que desistan de convertirse en caballeros, ya que este es un derecho que solo está reservado a los de alta estirpe, por tanto…
¡Cállate por la cresta, hueón feo! ¡Tu eres la prueba misma de que la cuna no hace a la persona… mírate, cagá!
El auditórium entero se movió en sus asientos, sorprendidos todos por las palabras lanzadas de un noble a otro.
Quien las había lanzado era la mujer  del extremo izquierdo de la mesa.
Así que si ya terminaste- prosiguió- es hora de que nos presentemos nosotros.
Nobi trató de replicar, pero la fuerte mirada de aquella hermosa fémina casi lo hace mearse en los pantalones.
¡Esa es mi Shinku!- gritó la mujer del otro extremo.
Gracias, Kanna- dijo la aludida-, como mi amiga ya mencionó, mi nombre es Shinku, Shinku de Galielle. Me alegra mucho recibirlos en una nueva etapa de entrenamiento, sepan de antemano que no es fácil, pero si se esfuerzan podrán lograrlo, serán formados por los mejores. A todo esto, soy la profesora de arte, y me permito decirles que impartimos esta rama del saber, puesto que si un guerrero carece de sensibilidad, no será más que una bestia sedienta de sangre.
No se sabe a ciencia cierta si alguno de los novatos escucho las palabras de Shinku, ya que todos estaban embobados mirándola hablar, exhalando suspiritos de enamorado y fantaseando quien sabe que cosas.
Holaaaaaaaaaa- continúo el hombre del asiento contiguo al de Shinku- mi nombre es Bardieeel de Naaaanniiiiii, y pretendo hacerlos cagar a todos, tropa de mariconeeees, haré que se retuerzan y que odien a Dios por haberles dado la oportunidad de entrar a un lugar donde yo hago claaaaaaaseeeeeeees.
Los novatos se aferraron a sus asientos embargados todos por el miedo. Kamy no daba crédito a lo que oía, sin embargo, no se dejaría intimidar por nada.
JAJAJAJAJJA, estoy hueveandoo- siguió- pasémosla bien lo más que podamos. Soy el profesor de lógica ilógica y técnicas de batalla mental. Pero lo que más me enorgullece es ser el marido de esta encantadora preciosura junto a mí, además del padre de su primogénito; miren todo lo que quieran, pero sólo yo toco Muaaajajajaja.
Acto seguido abrazó tiernamente a la dama de Galielle y la besó en la mejilla.
Se produjo un descontento general y la vibra depresiva aumentó considerablemente entre los recién ingresados. Unos acomodadores de segundo año comentaban entre ellos:
“A nosotros nos hizo la misma el año pasado, puta que nos cagó…sniff”
A mi ya me conocen- Dijo Sergio- ya saben lo cool que soy, así que llevémonos bien. Soy el profesor de entrenamiento físico así al máximo y hueá, mierda!
Yo soy Sir Walter Reed- habló el de la cabellera encendida- presidente del consejo superior por decisión unánime de sus miembros. No hago clases muy seguido por que me mamo todo el proceso burocrático y administrativo. De vez en cuando imparto uno que otro seminario. Ahora tú –dijo a quien estaba a su lado- despierta perro, oye perro hueón, despierta.
¿Aaah?- respondió perezosamente el interpelado- ¿tan luego?
Sí, viejo- contestó el Sir- si ya te toca a ti.
Dale- dijo el otro- buenas, mi nombre es Saito, Saito L. Gabianni. Imparto las clases de sigílo y agudeza de la mente, además de las de subterfugio. Mmm, creo que eso es todo y…
Se paró en seco al ver al tipejo que le sonreía parado frente al consejo.
¡Puta que me dormí profundamente!- dijo furioso- ¡creo que ya habíamos hablado esto, no puede ser que él ocupe el lugar de nuestro antiguo compañero, me niego rotun…!
Calma- interrumpió la muchacha de junto, guiñándole un ojo y dirigiéndole una sonrisa- ahora deja que yo me presente.
Antes de eso, Saito miró a Walter, el cual también le sonrió disimuladamente, como quien oculta algo.
Mi nombre es Elba de Eldéz- continuó la chica- encantada de conocerlos, espero pasemos un buen tiempo juntos y aprendamos todo cuanto sea posible. Yo haré pocas clases, dado que ayudo a Sir Reed con la parte administrativa-
En ese instante, los hombres nuevos dirigían miradas enamoraditas ante Elba.
Y yo,- agregó el siguiente individuo- ahora yo, yo, yo, yo. Mi nombre es Jesús du angellic, imparto lecciones de supervivencia. En mi clase son todos bien recibidos, sobre todo si les gusta conversar y reír. Las mujeres pueden acercarse a preguntarme lo que quieran.
Cabezón culiao- lanzó quien seguía- te vas a ir preso.
Mentira- replicó Jesús- no hago nada malo, solo me preocupo por los nuevos.
Eeeehmm, sí culiao- prosiguió- y Rei es fea.
¿De adonde sacas que soy un pervertido? – Inquirió el profesor de supervivencia-
En ningún momento he dicho que lo seas- exclamó- que tú lo digas es otra cosa y deja ver mucho.
Aaaah Raúl maricón- gritó Jesús- siempre me cagas
Obvio poh- exclamó serenamente a quien llamaban Raúl- es mi deber como el ser más cercano a la matrix.
La discusión prosiguió por un rato y de divertida pasó a dar miedo a Kamy, quien había seguido el hilo desde el principio; pasaron por la teoría de la inmortalidad del cangrejo hasta la proporción total de la cabeza de Jesús y como su mente podía, en algún momento, distorsionar la realidad. La pelea terminó con un “por que es bonito” de Raúl, el cual dejó sin palabras a su contrincante. Al final Raúl dijo su apellido: “Soy Raúl Gray, imparto manejo de armas.” Se sentó y no volvió a hablar.
El tipo de las gafas sentado al lado de Raúl se levantó y comenzó su introducción:
“ ¡Aweeeonaaaooos! – dijo- soy Marco de Gales, imparto magia junto al doctor Ill Saggio. Claro que él se preocupa de la parte curativa, yo por mi parte, soy un summoner.

En cuanto a mi- se paró la mujer que cerraba la mesa- sepan que me llamo Kanna la infamm”.
A los novatos se les alborotaron las hormonas y no pudieron evitar los típicos chiflidos de adolescente. “juiiijuiiiiuuuu” silbaban.
Kanna se molestó y dijo: “Miren los hueones, nadie me viene con cosas. Compórtense como es debido, o me los cagaré a todos. ¡Nada de pendejos jotes! Les diré que imparto la cátedra de artes marciales, así que si creen que me van a poder huevear por que soy mina, están muy equivocados.
Esos eran los miembros del consejo superior, los mejores caballeros de la unión. Kamy ya podía leer en sus rostros y cuerpos la experiencia de grandes batallas. Para él era como si las emanasen por los poros. Se sintió feliz de estar ahí.
Inmediatamente terminadas las presentaciones, el tipo que había tosido pidió la palabra.
Estimados recién ingresados- dijo- es momento de que presencien algo único, el momento en que el sitial que lleva años vacío sea ocupado nuevamente; esta vez por alguien más digno de sentarse en él. Mi hijo Nobi. La pareja de serena actitud lanzó una mirada de reproche a quien hablaba, pero no dijeron nada; probablemente por respeto a las decisiones que se tomaban en conjunto.
El aludido avanzó con paso decidido hacia la silla, cuando iba a alcanzarla, todos se pararon y Walter se puso en su camino.
Antes de que sigan con esto- señaló- me gustaría decirles que, como presidente del consejo superior, por ende representante de la voluntad del mismo, me niego rotundamente a que el señor Kintazult ocupe un puesto dentro de él. Todos quienes forman parte del consejo son de carácter y habilidad probados; hemos deliberado mucho al respecto y creemos que Nobi no cumple ni siquiera con los requisitos mínimos para ser estudiante de la academia. Y si lo comparamos con quien otrora ocupase este lugar… su hijo se encuentra muy por debajo del nivel de ser humano.
Las caras de Nobi y su padre se pusieron rojas de ira, el segundo se encolerizó mucho y comenzó a amenazar a Walter: “¿Sabes quienes somos?, el país de Kintazult tiene el ejercito más grande de la unión, y esta afrenta a la que nos sometes merece el peor de los castigos. Bien sabes que puedo hacerte pagar muy caro, mis soldados responderán a cualquier orden que les dé, así que espero que pienses bien lo que dices”
A mí- replicó Walter- no me vienes con amenazas… aunque me gustaría ver a que temen más tus soldados; ¿tu cólera, o  la mía?
Los ojos del presidente del consejo superior brillaron por un instante y una gran presión se apodero de quienes estaban en la sala. El aire esta más pesado-pensó Kamy- nunca había sentido tal fuerza… ¡y sólo está mirándolo! ¿Es acaso esta la energía de los caballeros?
Uno de los nobles apostados en el palco se levantó (cosa que sorprendió a Kamy de sobremanera, pues el apenas podía parpadear)  basta Walter- dijo- usted también señor Kintazult… no es necesario que sigamos con esta disputa que no lleva a nada. La mujer a su lado le imitó y dijo: “concuerdo, es menester que se detenga en este mismo instante. Entiendo cómo se sienten muchachos y estoy firmemente de acuerdo con ustedes. Es necesario que nosotros, los nobles, dejemos de subestimar al consejo superior. Mal que mal, son ellos quienes se encargan de que la academia funcione; a pesar de nosotros vanagloriarnos de llevar las riendas en el lugar.
Walter cesó de emitir su intimidante energía y continuó hablando. Esta bien Tío y Tía Fígaro, ustedes siempre tienen la palabra justa en el momento preciso. Me gustaría  terminar con decir que no podemos negar la generosa donación que se nos hizo para recibir a Nobi dentro del consejo (el color de las caras de los Kintazult pasó del rojo de la ira al rojo de la vergüenza). Mas no por ello lo recibiremos de manera tan simple. Nobi- preguntó- podemos ofrecerte una plaza para que impartas algunas clases, pero si quieres el sitial, debes quitárselo a su último ocupante por la vía de la espada. ¿Estás dispuesto a pelear y ganarte el derecho al consejo superior?
La pregunta de Walter fue como un balde de agua fría. La cobardía de Nobi quedó demostrada y este se rehusó a tal cosa. Ya luego de los altercados, los novatos fueron llevados a sus habitaciones… Nuestro héroe aún no encontraba la suya, dado que cuando se les encaminó a los pabellones, se le ocurrió ir al baño. Este hecho le llevó a vagar por un buen rato (entiéndase como un par de horas) hasta al fin dar con su lugar de descanso.
Ha sido un día agotador –creyó Kamy- pero espero con ansias el siguiente.
Se encontraba a punto de abrir la puerta cuando Sergio apareció por el pasillo. ¿Una chelita?- preguntó- no nos vendría nada de mal después de todo el ajetreo.
¿Yo?- se sorprendió Kamy- ¿me está preguntando a mí?
No hueón- señalo jodiendo Sergio- si le estoy diciendo a la miss universo que está detrás de ti bailando la macarena… ¡obvio que a ti, pues!
Pero- prosiguió incrédulo el novato- ¿por qué a mi? Digo, ni siquiera nos conocemos.
Pff-se cansó su profesor- te vi en la bienvenida a la academia, además, ya es tiempo de que te vayas acostumbrando al lugar y conozcas cómo funcionan las cosas aquí, eso y el hecho de que no hay nadie  más cerca que me acompañe; al parecer a todos los nuevos les gusta irse a la cama temprano.
Kamy se sonrió, también había sido su plan ir a dormir temprano, pero su torpeza se lo había impedido.

Eeee…esto, no bebo cerveza- añadió Kamy- pero me puedo tomar una bebida junto a usted, si quiere, claro.
Dale,- respondió el otro- vamos al pub de la academia.
Salieron de los dormitorios y caminaron hacia una gran casa de madera desde la cual se podían escuchar las estridentes guitarras de un grupo de rock.
Diós mio- exclamó Kamy- ¿qué clase de música tan hermosa es esa?
Es rock póh perrito- contestó el galán de porno boliviana- está prohibida dentro del imperio y huea. Así que nosotros la tocamos para cagarnos en ellos, ¡Shimmátta!
Pero-replicó Kamy- yo he vivido siempre dentro de los países de la unión y jamás he escuchado algo tan celestial. Sólo música de gente sin alma y apariencia andrógena.
¡Pseh!- le respondió- es que muchos gobernantes de “ciertos países de la unión”, gustan de estupidizar a su pueblo y, en ese sentido, no difieren mucho del imperio. La mayoría prefieren hacerlo vía reggaeton y esas cosas, pero si vas a Fígaro podrás ver la diferencia… quizá un día en alguna misión o encomienda qué se yo, podrías ir. Y cuando llegues allá y veas ese lugar dirás: “mierda, shinne, moríiiiiii”.
Antes de que Kamy pudiera acotar cosa alguna,  llegaron al bar e hicieron ingreso.
¡Acá, viejo-gritó la voz de una mujer- en la mesa del fondo, hueón!
Sergio levanto la mano haciendo señas y le dijo a Kamy que lo acompañara. Acto seguido llegaron a la mesa y el novato se sorprendió de que en ella estuviera sentada gran parte del consejo superior. Allí entre el humo de cigarrillo y el olor a alcohol, junto al resto de los caballeros, soldados rasos, guerreros de poco renombre y estudiantes de la academia.
Los miró y pudo reconocerlos, estaban Kanna, Marco, Saito, Walter, Shinku y Bardiel. La timidez se apodero de él y pensó en largarse; sin embargo, ese pensamiento fue rápidamente arrebatado de su mente cuando alguien preguntó: ¿y este compadre quien es?
Empezó a transpirar hasta que Sergio dijo: es uno de los novatos, me lo topé y lo invité pah que se ponga en ambiente. ¿cuál dijiste que era tu nombre?
K…Ka… ¡Kamy! – le contestó- Kamy de Avelard.
Huena volá- agregó Saito- siéntense, cabros, y tómense algo miren que mañana hay que trabajar por lo que es necesario relajarse.
Voh siempre andai relajao poh, hueón- señaló Kanna- si te relajas un poco más te mueres.
Jo joooo jo- rió el blanco de los comentarios de la rockera.
Kamy seguia parado mientras, a su vez, Sergio ya se había sentado y le ofrecía una silla junto a él.
Marco notó lo nervioso que éste se encontraba e inquirió: siéntate no más viejo, no tengas miedo, no seas ¡aweoonao!( cuando dijo esto inclinó su cabeza violentamente hacia delante, mirando fijamente al nervioso recién llegado) aquí no hay por que temer.
Adelante-le dijo Shinku- si no te apuras voy a perder la paciencia.
Kamy se sonrojó y derritió ante aquella mujer. Se sentó y el barman llegó.
¿Qué se sirven,- preguntó- cerveza nacional o importada?
Yo quiero una bebida- pidió Kamy-, que sea una 14 crew baja en calorías.
Una para mí también-agregó Bardiel- pero con exceso de calorías. ¿Alguien más?
Para mi una black Fígaro de cinco litros- dijo saito- y otra para mi amigo colorado.
Ya veo- dijo el barman- tres black Fígaro de cinco litros.
Dije dos- respondió Saito- “AMIGO” es singular.
Lo siento-argumentó el barman- es que siempre pedías tres de esas.
Tú lo dijiste- continuó- pedía, eso es pasado… ahora sólo queremos dos.
Kamy notó como Saito ponía la típica cara de quien recuerda un pasado no muy lejano, con cierto dejo de tristeza pero, a la vez, con otro de alegría.
Que rico era cuando estábamos todos- exclamó Shinku- me pregunto que habrá pasado con Sabin.
Los muchachos pusieron cara de pensativos y Saito dijo: “por ahí ha de andar hueveando, he escuchado que las revoluciones estudiantiles dentro de las delegaturas africanas del imperio han aumentado en forma alarmante para ellos.
Exacto-complementó Walter- es increíble como, a pesar de no estar acá, sigue apañándonos a su manera. Ojalá le vaya bien y no lo maten
Para eso tenemos que morir nosotros primero-señaló Saito. ¿O ya no recuerdas que siempre decía que tú y yo seríamos cadáveres antes que él?
Walter lo miró y todo el grupo rió
Ese culiao- dijo Kanna- se le hecha de menos. Pero bueno, habrá tenido sus razones. Nunca estuvo contento con los nobles… había mucho cuico según él.
Aún así-añadió Sergio- espero que lo volvamos a ver algún día, además de que sus acciones por allá no nos causen problemas a nosotros.
Cierto-acotaron todos- puede que una rebelión masiva traiga problemas-siguió Saito- aunque tampoco podemos estar seguros de que sea nuestro gordo.
Hubo un segundo de silencio y luego todos rieron.
Kamy no tenía idea de quien rayos hablaban. Se sintió tentado de preguntar, pero antes de que pudiera armarse de valor la conversación tomó otro rumbo.
Y…¿Cómo estamos para mañana, viejito?- preguntó Saito a Kamy- la cosa se viene dura, compadre.
Estoy muy ansioso-respondió- incluso ahora me sorprende estar sentado con miembros del consejo superior. Si el ambiente es así de bueno, podré superar cualquier dificultad.
Ese es el espíritu-dijo Kanna- y que no te impresione esto. Más que maestros y estudiantes, somos todos compañeros, de armas y de vida. Una vez que te gradúes seguirás formando parte de este lugar, es necesario que haya una buena convivencia; la vida del guerrero es demasiado dura en los tiempos que corren como para pasarla solo y con formalidades idiotas.
Así es,-dijo Bardiel- siempre hemos sido de esta forma y no pretendemos cambiar por nada del  mundo.
Pero-dijo el novato- si somos, mejor dicho si ustedes son y yo quiero ser, caballeros… arriesgamos nuestras vidas, por lo que perder compañeros siempre será doloroso. Y el dolor jamás me ha parecido bueno. Hace un rato me di cuenta de que hablaban de alguien que no esta aquí, y pude ver que lo extrañan. Por lo menos saben que esta vivo o al menos eso creen. ¿Qué pasa entonces cuando se sabe que el compañero no volverá?
Perro-le contestó Saito- siempre es mejor sentir de esa forma. Si se llega al punto de querer a alguien que, al momento en que no está, sintamos tristeza, ¿no crees que vale la pena vivir el proceso de nacimiento del cariño?
Kamy se sintió aturdido y solo atinó a sonreír.
El barman volvió con los brebajes y los dispuso en la mesa, agregándolos a los que ya estaban sobre ella.
Walter se levantó con su Fígaro de cinco litros y dijo: “Salud, por nuestro nuevo amigo. Que su pasar sea lo más llevadero posible. Y salud por los amigos que no se encuentran aquí, esperemos que algún día les volvamos a ver.
Salud, respondieron todos a coro.

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