martes, 17 de mayo de 2011

Capítulo XI, El Camino a Fígaro


Menos mal que no hace calor- decía D-Gray, haciéndose el desentendido en relación al hecho de que era su culpa que todos estuviesen retrasados.
Viejo -gritó Saito desde adelante- si quieres desviar la atención, mejor dí “está raro el clima y nadie sabrá qué hacer.
Walter se lo quedó mirando y exclamó: no es que no sepamos qué hacer cuando dices eso, lo que pasa es que es una excusa tan lamentable que da pena cagarte la onda.
Kamy prefirió no oír esa discusión, le dolía el trasero por la poca costumbre de cabalgar. Medio se movió incómodo en la montura. A su lado trotaba el profesor de manejo de armas, muy tranquilo él.
Kamy lo miró y sonrió, Oso le devolvió la sonrisa, pero moviendo la cabeza hacia arriba.
Si fueras como yo-dijo-  no te dolería el culo.
Kamy vió la oportunidad perfecta para entablar conversación con el ser más cercano a la matrix y no quiso desaprovecharla.
Pero-le respondió- aún así me dolerían las piernas.
Raúl seguía su trote y le dijo: Si te acostumbras a usarlas, con el tiempo se vuelven más fuertes…es…una cosa común.
Me parece-siguió Kamy- pero aún no las tengo tan fuertes.
Eso es por que no las usas lo suficiente- le dijo el otro.
Algo habrá que hacer, ¿no?-inquirió el novato.
Pseh, algo-respondió el profesor.
Hasta aquí ya no sabía que tipo de conversación sacar, se dio cuenta lo difícil que era intentar siquiera hacer producir palabras a un hombre que  expresaba sólo lo justo y necesario.
¿Es usted así siempre?- prosiguió Kamy de forma desesperada, a fin de no perder la chance de hablarle al maestro de armas.
¿Así cómo?- dijo Raúl pidiendo mayor claridad.
Así, tan callado y tranquilo-le dijo el muchacho.
¿Crees que soy callado?-preguntó honestamente el corredor- no me gusta… deshacerme en palabras, pero no considero que sea lo más callado de este mundo… digamos que, sólo comunico lo justo.
Kamy no esperaba que Raul Gray desconociese su condición de hombre casi mudo. Pensaba en esto y por lo menos, llegó a la conclusión de que no había  ni pesadez ni “mala onda” en el otro hombre, solamente no le gustaba “deshacerse en palabras”, tal como se lo había expresado.
En fin- dijo Kamy- ¿en serio piensa recorrer todo el camino a pie?
Ajá- le dijo Raúl- no me interesa maltratar animales.
Pero-inquirió aún más- eso es algo muy difícil, ¿por qué esforzarse tanto si tenemos la posibilidad de usar a este animal?
No me gusta abusar de otros- fue la respuesta-todas las vidas merecen respeto… incluso Nobi.
Kamy no supo si con eso quería bromear luego de haber dejado claro su punto, pero aún así rió.
Je-rió también Gray- es bueno bromear de vez en cuando. Aunque quizá te parezca raro que alguien que se dedica a las armas hable de no abusar de otros.
La verdad sí- le dijo Kamy- es algo contradictorio, si me permite decirlo.
Pseh-dijo Raúl- es normal, pero por el asunto de las armas es menester que cosas como el abuso y la crueldad me repugne. El poderío debe ser manejado con responsabilidad, si no, la barbarie toma el control.
Ya veo, me parece bien- Concluyó Kamy.

Por su parte, Chicho se dedicaba a mirar el paisaje. Puras rocas, kilómetros y kilómetros de piedra se extendían a lo lejos y no hacía nada más que preguntarse cuando iba a terminar todo aquello. Le urgía poder bajarse del caballo y beber algo de agua. Había estado esperando encontrarse con praderas verdes y un hermoso arrollo, pero no, sólo rocas y rocas y uno que otro gas expulsado por Jesús du Angellic era lo único que hacía variar el viaje. La verdad, estaba aburrido a más no poder.
Sergio aceleró un poco el trote de su caballo y se acercó al novato.
¿Paja?- preguntó.
Sí, paja y sed- le contestó- el viaje no es realmente como imaginaba.
A todos nos pasa-le dijo el Jet Kune “doka”- pero en un par de horas… ¿qué chucha?
Sergio se paró en seco y miró hacia delante, Chicho siguió la mirada de su profesor y divisó una humareda.
Los demás también habían reparado en esto y Walter ya los encomendaba a apurar el paso.
Vamos a ver qué weá, cabros- gritó- pónganse en formación: Oso, Sergio a mis flancos, Saito Jp, tras de mí; Shinku, colócate tras Bardiel y quiero a los novatos junto con  Matheo y Gwyneth, uno al lado de otro, revisen la retaguardia, puede ser una trampa, no sabemos qué clase de bandidos pueden ocultarse en la llanura, si lo es,  a darle átomos no más.
Comenzaron todos a cabalgar sin perder la formación, D-Gray a esas alturas ya tenía algo de dominio, no estaba seguro si podía cabalgar, pero su sangre africana lo conminó a “aperrar” ya que el coraje de los de su raza era conocido a nivel mundial.
Cuando el origen de aquél humo estuvo a la vista, todos se relajaron… y no pasó nada hasta que Jesús rompió el hielo:
Waaaaajajajaja- bramó- ahí está el parcito, eso les pasa por creerse la raja los weones, todo porque querían andar en una maquina extraña por llanuras hechas mierda.
Kamy no tenía aún clara la pintura, pero al acercarse más al frente entendió las palabras del profesor de supervivencia, ya que Kanna y Marco se encontraban todos sudados junto al Aston Martin del summonner, abierto el capó, chicharreando el motor y tres ruedas pinchadas.
Puta la mala cueita- dijo Saito- ¿algo que se pueda hacer?
Por la cresta- se lamentaba Kanna- ahora a tendré que cabalgar como los demás, y me da paja por la chucha. ¿Acaso no puedes invocar otro, Marco?
El hombre de las invocaciones, el docto por excelencia en micro DVD’s la miró por sobre sus lentes un largo rato y dijo mientras parpadeaba al pronunciar sus palabras: es un aston Martin, ¿ya? Me gasté cachada de energía pa’ invocar uno con super aire acondicionado y tv satelital, así que mejor me dejas sólo con mi enojo.
Bueno-dijo Kanna- pero no es para tanto. Si el “shúper” aire acondicionado no era tan “shúper”.
Tranqui, chiquillos- dijo Matheo- a dos horas de aquí hay una zona de camping. Podemos parar allá y pasar la noche, ya se está haciendo oscuro y no me gusta eso de andar a oscuras por aquí. Es muy tétrico.
Maricón-agregó Jesús- pero tu idea es buena. Además, estoy seguro que kanna no sintió el aire acondicionado del auto porque quizá que weá la tenía con calor.
Marco miró colérico al hombre del gran cráneo, éste le sonrió y dijo: ¿ves cómo te defiendo, amigo?
El resto simplemente se limitó a hacerse el weón. Aunque los novatos estaban bien curiosos.

Pasadas las dos horas de largo trote llegaron al claro. No fue cosa fácil, al menos para Marco. Durante el camino Kanna accedió a  subirse a la grupa del caballo de Gwyneth y a Marco no le quedó otra que cabalgar junto a Oso, es decir, a trote humano limpio. Esto le hizo lamentarse con frases del tipo: “Puta, aprender mucha magia le hace mal a las piernas” o “definitivamente tengo que dejar de fumar”.

Al fin Chicho se alegró y recibió algo de lo que esperaba. De una de las montañas caía un corriente de agua, la cual se acumulaba en una zona verde formando un pequeño “estero”. Ahí todos desmontaron y armaron las tiendas. Matheo se había preocupado de que todos los implementos necesarios fueran dispuestos como carga para los caballos; era, sin duda, uno de los más precavidos y organizados (quizá el único) del consejo superior.
Que buena-señaló D-gray tirándose de espalda al pasto- ya nada de rebotar sobre  un caballo.
No importa de qué forma hayas dicho eso- interrumpió Pipíno- sonó muy mal.
Los novatos rompieron a reír, pero fueron a los pocos segundos interrumpidos por Kanna que habló en general.
Sabía que, eventualmente, nos toparíamos en alguna parte del camino, así que me tomé la molestia de empacar esto:
Tomó un bolso y de él sacó varios “packs” de cerveza. Matheo, ¿ayudas?
El doctor miró los packs y sopló hacia ellos, una pequeña nube azul salió en su dirección y los cubrió por segundos hasta disiparse.
Listo- dijo- ahora están heladitas.
Rato después ya todos llevaban varias cervezas en el cuerpo. Y se habrían acabado en un instante si no hubiese sido porque Marco invocaba más y más, haciendo mierda el resto de energía que le había quedado luego de la invocación del Aston Martin.
Kanna se cansó y depositó sus posaderas sobre el césped, apoyando su espalda contra un árbol. Gwyneth Arslam se le acercó botella en mano, la primera que había abierto y que ni siquiera se encontraba bajo la mitad, y se sentó a su lado.
A veces se me olvida que igual tomas, Gwyneth- le dijo la Inffam.
Claro- fue la respuesta- pero la verdad, con suerte me bajo una. Nada más comparto tragos en ocasiones especiales.
¿Y qué tiene de especial esta, loca?- inquirió Kanna.
Pues bien-dijo sonrojándose un poco y viéndose extremadamente adorable- me dirijo con el consejo superior en una misión diplomática hacia el país de Fígaro, no sé si sentirme importante con el honor o nerviosa  y con una responsabilidad muy grande.
Tranquila, vieja- dijo la artista marcial- cosas como estas no son más que el inicio del gran camino que tienes por recorrer, puedo verte un futuro brillante.
Gracias- dijo la joven- pero para ser sincera, no es de eso de lo que quiero hablarte.
Y, ¿qué sería?- preguntó intrigada la Inffam.
Tus manos- le dijo ella- ¿cómo están?
Ah, mis manos- repitió la maquina del Taek mientras las ponía frente a sí y las miraba- están bien.
¿Segura?- insitió Arslam-  digo, el daño causado por ese tipo de ataque se supone es permanente… si el afectado fuera otro, probablemente jamás hubiese vuelto a mover los brazos.
Kanna sonrió. No me halagues de esa forma- dijo- el de el crédito es Matheo, sus habilidades médicas son únicas. Con un doctor como ese, cualquiera se recupera. Así que, debo aprovechar tal oportunidad.
y- prosiguió Gwyneth- ¿eso sería?
La próxima vez- le dijo la maestra- no titubearé.

Sí, lo he escuchado- decía Sergio conversando con Marco y Matheo- pero no creo que trabaje para el Imperio. Siempre ha sido un “free-lance”, lo más probable es que ande por ahí viviendo con alguna caravana y aprendiendo patadas.
Pero- le refutó Marco- si haz oído de él metido en esa clase de actividades, no creo que siga desempleado, han de haber contratado sus servicios por un buen rato.
Da lo mismo-Respondió el Mariadicto-  es un trabajo como cualquier otro y pico con eso.
Como quieras- dijo Matheo- llegado el momento veremos qué se hace, si bien ese no es mi modo clásico de proceder, esto es algo que te concierne más a ti que a cualquiera.
Así se habla pequeña perra maldita- le dijo Sergio a su amigo.

Los novatos habían formado su propio grupo apartándose un poco del resto. Como era primera vez que hacían ese recorrido no tenían la confianza suficiente como para embriagarse.

Pasó el rato y llegó la hora de acostarse, la mayoría de sus superiores yacían tendidos sobre el césped así que no les suponía una imposición muy grave. Kamy era incapaz de conciliar el sueño a esa hora, así que se dedicó a mirar el agua. En eso estaba cuando Oso llegó a su lado.
Siempre es lo mismo- dijo sin  que sonara regañador- al parecer los más grandes héroes de la academia Shi Oni no son capaces de resistirse a los encantos del alcohol.
Usted- dijo Kamy sobreponiéndose al miedo inicial que le  produjo la sigilosa aproximación de Oso- ¿nunca se ha emborrachado?
Melón con vino- le respondió Raúl- una vez, hace rato ya… ¿Me dejas ver tu bufanda?
Kamy se sintió medio descolocado con la pregunta, le tomó un rato comprender bien lo que se le pedía; cuando pudo, le alcanzó la bufanda de plumas que siempre andaba trayendo.
Nunca…te veo sin ella- le dijo Gray- haz de tenerle mucho aprecio… sería, sin duda, un arma perfecta.
Eeemmm… ¿un arma?- preguntó Kamy- pero si sólo son plumas unidas unas a otras con hilo. No veo de qué forma podría…
El aprecio, señor- le contestó el maestro de armas- recuerda que, en la primera clase, explicamos que el arma es una extensión del ser, nada más. Úsala adecuadamente, siéntete cómodo con ella, endurece tu cuerpo y ella también lo hará, haz tus miembros rápidos y ella también lo será. No hay arma que por sí misma sea poderosa, la habilidad y confianza que el usuario deposita en ella es la que hace  a un hombre común un  maestro de armas.
Entonces… lo que yo creo- prosiguió Oso- es que dado lo familiarizado que estás con esta bufanda, puedes hacer de ella tu mayor defensa y el ataque más letal.
¿En serio?- decía Kamy- ¿una bufanda de plumas?
Te mostraré-contestó el profesor.
Raúl Gray , profesor de manejo de armas de la academia Shi-Oni tomó la bufanda de su estudiante y, mientras éste lo miraba, avanzó hasta la orilla del pequeño estero. Ahí, en el otro extremo, estaba la montaña desde la cual bajaba el agua. Se quedó pensativo un momento, tanteaba la bufanda con las manos, la apretaba, la hacía suya. Acto seguido, abrió los ojos de par en par y esgrimió la prenda de su pupilo como quien empuña un látigo, la punta que no tenía agarrada se abalanzó contra la mole de roca estrellándose y provocando un tremendo chasquido. Una grieta se hizo visible en la piedra no labrada, mientras dos latigazos más azotaban el agua partiéndola en dos y dejando ver la tierra enlodada. La bufanda regresó a la mano de su usuario, enrollándose en la muñeca de éste, mientras la grieta se hacía más grande para terminar despedazándose parte de la montaña, en la cual quedó un gran hoyo, como cicatriz.
Conchetumadre- chilló Kamy ebrio de emoción- ni idea de que se podía hacer eso con una bufanda, la weá pal’ pico, ¡weón!
Ajá- respondió Raúl- con cualquier cosa. Obviamente en clase sólo les enseñamos a usar las armas clásicas. El arma única es algo que, haciendo honor a su nombre, es único de la persona… Te recomiendo…que uses… esta. Ahora me voy a dormir. Chao.

Al despertarse, Pipíno salió de la carpa y se acercó al estero a lavarse la cara. Una vez en el lugar, vio a Kamy tirado en el suelo durmiendo con la bufanda en las manos.
¿Qué chucha éste weón?- pensó- voy a despertarlo.
Se acercó un poco más a su amigo y le pateó las costillas suavemente con la punta del pié.
¿Aabbuwwsaakkddeaaahh?- balbuceó Kamy cara de zombie- ghuuAAA.
Despierta, culiao- le ordenó Pipíno- o te vas a resfriar, y eso no es bueno teniendo en cuenta el calorcito del camino. Aparte, ¿qué haces durmiendo a la intemperie?
Kamy se incorporó a medias, se restregó los ojos y lo miró como dudando de si estaba despierto.
Nada- dijo al fin- estaba cachando si me resultaba una weá, pero no me salió.
Bueno, ya te resultara- lo consoló el lobezno- por ahora lo mejor será que espabiles y veas tus cosas. En cualquier momento nos pondremos en marcha.
¿De cuando acá planeas las cosas, viejo?-preguntó el de Avelard medio molesto.
O sea, yo no lo planee- le respondió el otro- eso es lo que escuché.
Ok… Ok.

 Un par de horas después,  ya todos se encontraban listos para marchar. Antes de la partida comieron  de los platos preparados por el profesor de supervivencia; todos se deleitaron con las exquisitas pizzas de Jesús du Angellic, cuyo ingrediente principal jamás reveló.  
En fin, la cosa es que todos se pusieron en marcha pasados unos minutos de reposo posteriores a la comilona.

Me encanta- decía Marco- el viento que corre ahora. No tenemos porqué apurarnos y, además, no hay un sol maricón como el de ayer. Ahora puedo trotar con todo el universo de mi parte. Oye, Kanna, ¿andas con alguna cervecita por ahí? Tengo ganas de hacer este viaje mucho más fresco.
Kanna la Inffam no se hizo esperar y, sin siquiera decir palabra, metió la mano en su bolso de viaje. De ahí extrajo dos latas y le lanzó una al summonner.

Marco no se hizo esperar, abrió la lata y  bebió todo el contenido de un solo trago.
Eso-dijo- es lo mejor.
No vaya a ser weá que te cures por el camino, viejo- gritó Saito- mira que hay que llegar decentes a destino.
No vaya a ser weá que te pongas celoso-gritó Jesús para luego romper a reír de forma descontrolada.
Kanna solamente susurró un “cabezón culiao” e hizo caso omiso de las palabras del gran cocinero. Por su parte, el lobo de Gondor prefirió hacerse el weón, mientras Bardiel, que quería unirse al jolgorio, fue parado en seco por su esposa con una mirada fulminante.

Los novatos nunca habían estado tanto rato junto a los del consejo superior. Generalmente se juntaban en un carrete por ahí o por separado durante las clases; sin
 embargo, ahora llevaban más de un día entero sin que hubiese música en un bar o estuviesen completamente borrachos. Este hecho les permitió darse cuenta de que el modo de interactuar que tenían las “mayores autoridades de la unión” (fuera de los señores feudales, por supuesto) era exactamente igual al de adolescentes cualquiera; adolescentes bastante creciditos eso sí.

Chicho, quien siempre había mostrado ser el más “maduro” de los novatos se había mantenido gran parte del viaje callado. Esperaba que esta ocasión correspondiera a la de una comitiva solemne dirigiéndose en misión diplomática hacia un gran reino. Pero no, sólo se trataba de un montón de muchachos obligados a tomar responsabilidades sepa uno porqué avatares del destino. Claro que en esas responsabilidades recaía  el destino de pueblos enteros.

No es que me moleste ni nada-dijo Hurtas a sus amigos- pero… ¿Cuánto falta?
Ni me preguntes- le respondió Pipíno- yo jamás había andado por estas zonas.
Si lo sé, somos amigos de hace rato, ¿recuerdas?-inquirió sarcásticamente Chicho.

Según recuerdo de la clase de historia, deberíamos llegar a una cordillera- dijo Kamy integrándose a la conversación- me parece que es ese hilo que se ve a lo lejos.

No queda tanto si lo piensas- prosiguió el muchacho- a lo más otro día y estamos allá.
Menos mal, yo pensé que iba a ser algo así como una semana- le dijo Chico- estoy muy ansioso por llegar.
Y ¿a qué se debe eso?- le preguntó D-gray.
Mira, esta es una situación muy especial- le contestó su amigo- viajamos como dignatarios del organismo neutral  que concentra la capacidad militar de la unión. De nosotros depende evitar un conflicto de gran magnitud.
En todo caso- agregó Kamy- no me había detenido a pensarlo de ésta forma. Somos diplomáticos, weón, diplomáticos! Brigidísimo.
Sí lo sé- dijo Pipíno- pero no somos más que acompañantes. El verdadero rol lo juegan los del consejo; intuyo que nosotros, junto con Gwyneth, seremos tomados como escolta.
Da lo mismo eso, weón- siguió Chicho- ¿ no ves que lo que importa es el hecho de que estamos siendo parte de ésta clase de evento?
Bueno- le contestó Pipíno- en eso sí que tienes razón.

El tiempo pasó rápido mientras la caravana (con Oso y Marco trotando) llegó hasta la cordillera donde se formaba el paso en subida que llevaba hacia la magnífica Fígaro.
Hela allí- gritó Walter, quien con la mano alzada conminó a sus compañeros a detenerse- la gran ciudad de Fígaro, metrópolis de las artes liberales y cuna de valiosos guerreros de la unión. Ojala Tía Fígaro tenga arroz!

Kamy estaba maravillado,  podía ver las puertas acercarse cada vez más, al mismo tiempo que avanzaba por el gran corredor. Y los relatos que había oído eran ciertos; la nieve cubría las puntas de las montañas a pesar del alegre sol y la época del año, las puertas, ahora mucho más cerca, mostraban “efes” grabadas en diamante rojo.
Sangre de dragón fosilizada- le dijo Jesús a su lado- un regalo hecho por el señor de los dragones en los primeros tiempos de Fígaro, cuando sus habitantes no eran más  que un grupo de hombres buscando donde asentarse que fueron cautivados por la belleza edénica del lugar.
Vaya, sí que sabe de acá- le dijo Kamy.
Obvio- respondió el Cabezón- soy un cazador y cocinero. Conozco las propiedades de los organismos vivientes.

Jesús no pudo seguir hablando porque la atención de todos se dirigió a las puertas. En ellas una cavidad menor se abrió y un emisario salió cabalgando desde la misma. Se detuvo a metros de distancia de Walter y le habló:
 Señores que cabalgáis hacia nuestra ciudad-dijo- me es menester el pediros que os identifiquéis. No es previa desconfianza, si no que es la tarea que se me ha encomendado. Yo, Sir Patinho, os pido amablemente que me digáis vuestros nombres y qué oficios os traen por estos lares.
Nosotros-dijo Walter- oh, noble guardián de la puerta de Fígaro; hermosa e inexpugnable, cuna de valientes guerreros y metrópoli de las artes liberales. Mi nombre es Sir Walter Reed, presidente del consejo superior de la academia Shi-Oni. Los que conmigo cabalgan son sus miembros menos uno y también nos acompañan novatos de gran valía como escolta. Hemos venido a visitar a los señores de tu reino, como muestra de amistad; a fin de hacer ver al mundo y a las lenguas ponzoñosas, que nunca la academia y Fígaro han estado más unidos. Y que todo rumor, no es tomado más que por eso.
 Los novatos se pusieron a conversar en voz baja. Estaban demasiado acostumbrados a escuchar a sus superiores dar jugo, que nunca se esperaban estos cambios de actitud. Sobre todo el ver a la cumbancha colorada hablar como si fuese el papá de Jota de Joder.
Mis señores- respondió Sir Patinho- enhorabuena habéis venido. El señor de Fígaro esperaba que tarde o temprano aparecieseis. Por favor esperad que os permitiré la entrada.

Dicho esto, el noble caballero emprendió su marcha de vuelta. El sonido de trompetas reventó y las grandes puertas comenzaron a abrirse. No era un mecanismo familiar, pero los goznes giraban sin necesidad de caballos que jalasen las puertas. En fin, unos segundos más tarde, la entrada de Figaro se encontraba completamente desbloqueada y las gentes de la hermosa ciudad daban la bienvenida a la comitiva.

Kamy estaba tan emocionado que casi se mea en los pantalones. Nunca esperó que después de esa visita, la gran sombra se extendería sobre su vida y la de sus amigos.

sábado, 7 de mayo de 2011

Capítulo X, Lo típico que hace uno antes de salir de viaje


Vacaciones, conchemimare- gritó Kamy- dos meses enteros para hacer y deshacer… dentro del castillo, por supuesto.
 El resto de sus amigos lo quedó mirando un rato.
A ver, ¿cómo te explico?-preguntó Pipíno- No hay muy buenas noticias respecto a eso de las vacaciones.
D-gray apartó la mirada, desviando sus ojos hacia un grupo de muchachas de curso superior que pasaba por ahí.
Chicho sonrió.
¿A qué te refieres, viejo?- preguntó el de Avelard- ya hay varios empacando sus cosas para partir a sus casas, pensé que nosotros nos quedaríamos para conocer mejor el lugar.
Sí, en cuanto a eso- contestó Pipíno- se ha dado la orden de que todos los novatos y los de segundo no pueden quedarse en la academia.
¿qué weá?- dijo incredulo Kamy- ¿porqué mierda han dado esa orden? Quiero decir, no hay forma de que pueda volver a mi pueblo, los caminos están bloqueados por una avanzada del imperio. Ya sabes, “base militar” para impulsar la fraternización y el término de las facciones “terroristas” y eso.
Sí que lo sé- le dijo su amigo- por lo mismo, me las arregle con  mi maestro y tenemos nuevos planes en nuestra agenda.
¿Nuevos planes?- inquirió Kamy en busca de detalles-  Te apuesto a que nos quedamos de conserjes o algo por el estilo; aunque no  me importaría quedar cerca de Jota vestido con overol, digo…se haría la atmósfera, jaja.
Nada de eso- agregó Chicho- Saito le ha ordenado a Pipíno viajar con él y el resto del consejo hacía el reino de Fígaro.
 Kamy se lo quedó miando y le preguntó-¿Te vas de viaje con el consejo?
Nos vamos-corrigió su amigo- nos vamos todos, weón!
El joven no procesó bien la idea… viajar, con el consejo… ¿a la mítica ciudad de Fígaro?
Trató de recordar todo lo que sabía sobre el lugar. Durante su estancia en la academia, había escuchado varias veces a sus profesores mencionar cosas sobre aquél reino al que se dirigiría por “pitito”.
Toda narración sobre el dicho lugar comenzaba con el relato del camino y sus alrededores; para llegar  era necesario pasar por un corredor natural en medio de una cordillera. Como si algún Titán del pasado hubiese hecho una ralla con el dedo gordo del pie para formar un signo de suma en el suelo. Lo curioso de este corredor es que las montañas que le flanquean siempre están coronadas de blanca nieve, pero el sol jamás era tapado por las nubes, nunca nevaba ni había tormentas. Parecía ser que sólo en alguna ocasión, durante los principios del mundo, algo de blanco polvo había caído sobre la punta de las grandes rocas, y maravillado por la hermosura de la vista, había decidido quedarse ahí para siempre.
Se decía, también, que en aquellas montañas gigantes había dragones, y que la gente de Fígaro había entablado amistad con ellos cuando decidieron asentarse cerca. Estos dragones no son  parecidos a los wyvern; algunos podían decir que el aspecto de reptil alado los hacía muy semejantes. Pero así como los humanos caminan en dos pies, tienen nariz y brazos, las diferencias entre unas razas y otras son muy notorias. Siendo los Wyvern grandes y escuálidos reptiles que caminan sobre sus alas a la manera de los murciélagos, los dragones de la cordillera de Fígaro eran nobles seres de alta inteligencia, tanto que se dice que muchos de ellos instruyeron a los más grandes sabios de la historia, la capacidad física de su raza es también asombrosa, la fuerza de sus miembros es incomparable, y se cree que las alas del rey de los dragones pueden cubrir enteramente la academia Shi-Oni. También está su poder mental, se comunican de forma telepática y son la peor pesadilla de un ilusionista o de algún psicólogo oscuro. Está bien, son la peor pesadilla de cualquiera que intente ser su enemigo. El punto amargo de esto, es que nadie ha visto uno en años, y se cree que son sólo un mito. Pero hay algunos que dicen que, en momentos de necesidad, ellos aparecerán, y que sus llamas extinguirán el mal y defenderán a sus aliados.
Kamy hizo una pausa, había pensado todo esto en un par de segundos y, ante el asombro de sus amigos dijo: Puta que tengo buena memoria. Los chicos se le quedaron mirando y éste volvió a sus cavilaciones.
Una vez comienzas a recorrer el camino, el suelo se presenta en subida, y llegas a una hermosa y verde colina. Allí pareciera que alguien cortó la punta y pegó la ciudad encima. Sus puertas son de oro y tienen la F real grabada en diamante, la rodean cuatro muros describiendo un cuadrado perfecto. Una vez las puertas se han abierto, entras y te maravillas con las limpias y brillantes calles, las estructuras y los espacios públicos perfectamente diseñados y adornados, mientras sus habitantes gozan de las bondades que ofrece una justa repartición de la riqueza.
Que cool!-terminó por decir Kamy- nos iremos a Fígaro. Al fin podré comparar las descripciones in situ.
Weón- le dijo D-gray- haz estado muy hablador últimamente. Nunca te muestras con tanta energía frente al mundo. ¿Pasa algo?- preguntó, mientras susurraba para sí: trece, trece.
Kamy no pudo evitar sonrojarse, lo miró a los ojos y le dijo: No, culiao. Estás loco. Andas puro pasándote rollos por jugar tanto Smash con Oso y Bardiel; los cuales al final terminan sacándote la cresta.
Eso no viene al caso- le respondió aquél que lo interrogaba- Huevón, no me vengas con cosas. Las palizas son parte del entrenamiento. No te saques el pillo y mejor me dices!
Es por Lady Cecil- interrumpió Pipíno- si el loquito se nos enamoró, yeeha!
Callate, conchetumadre!- gritó Kamy fuera de sí- estás escapando pura mierda de tu maldita boca, ahora cállate si no quieres que te arranque la garganta!
El grupo, Kamy incluido, quedó en un estado de perplejidad absoluta. Nunca se esperaron que el normalmente calmado niño de Avelard fuera capaz de insultar y amenazar a alguien de esa manera.
Lo…lo siento. No fue mi intención- dijo disculpándose- no sé que me pasó.
Eso que te pasa tiene nombre- dijo D-Gray- es amor, loco. Amor!
¿Vas a seguir, culiao?- preguntó el aludido.
Oh yeah!- respondió el otro.
Ya paren, loco- dijo Pipíno- está bien que Kamy se la haya pasado estos últimos días topándose “accidentalmente” con lady Cecil. Viejo, ella es una riquilla, de esas que tienen el ascenso asegurado en la academia sólo por ser de un lugar X. Incluso le decimos lady Cecil…y es tan o más novata que nosotros.
Hey- reclamó el de Avelard- ella no es así. Es una mujer muy talentosa, linda y noble. No anda por ahí sacando su condición de elite al aire.
Mieeeeeerrrdaaaaaaaaaaaa!
El grito lanzado por Sergio interrumpió la discusión de los muchachos, mientras el cuerpo del maestro del Jet Kune Do pasaba volando por entre ellos y terminaba estrellándose en un árbol cercano.
Se levantó una pequeña nube de polvo, disipado éste se pudo ver a Sergio que estaba sentado en el suelo astillado, dando la espalda al árbol que ésta misma se había encargado de derribar. 
Profe Sergio-le preguntó Chicho- ¿qué volá?
El galanazo “triple Perú” lo miró sobándose la cabeza y con una cara de verdadera preocupación.
Corran- dijo jadeando- salgan de aquí, den la alarma… ha despertado… la cagué, he hecho que se enoje.
¿Que se enoje quién?- interrogó D-gray- ¿qué furia puede permitirse mandar volando al maestro del Jet-Kune-Do?
Galielle-fue la respuesta- la furia de Galielle.
¿Galielle?-se preguntó Kamy, incrédulo- ¿te refieres a Shinku? , pero, vamos, ella es la profesora de artes. ¿Cómo puede alguien que se encarga de pintar golpear a alguien que vive entrenando su cuerpo para lastimar a otros?
Nunca-sentenció el asustadísimo Sergio- subestimes al enemigo…  
La tierra comenzó a temblar, y los jóvenes novatos sintieron cómo el desayuno amenazaba con “evacuar” sus estómagos. No podían moverse y la vista se les nublaba… rosa, sólo color rosa, nada más.
Cabros!-gritó Pipíno- ¿están ahí?
Sí, huevón- respondió Chicho- estoy junto a D-gray… ¿y Kamy?
Acá, junto a Pipíno- contestó aquél- pero no veo ninguna weá. No sé que onda, sólo está esta como neblina rosada… por la chucha, además de ser rosa, ¡huele bien!
 Uuy, ¡sí!, ¡como conejitos!- exclamó extasiado D-gray, en el comentario más maricón hecho en la historia.
Maracooo-fue la respuesta de Pipíno.
Pero si es verdad-alegó sonrojado, aunque nadie reparó en este hecho, pues ni se veían la palma de la mano- es que así huelen los conejos.
Antes de poder seguir cuestionando los gustos “finos” de D-gray y su “sensibilidad”, Kamy se dio cuenta que ahora, no sólo le era imposible ver, si no que, además, las piernas no le respondían. Un gran peso se dejo sentir sobre sus hombros, mientras las rodillas se le doblaban, obligándole a hincarse; segundos después, debía usar sus manos, quedando en posición de “gateo”.
Trató de llamar a sus amigos, pero la voz no le salía. De pronto, la boca se le llenó de líquido, sabía a metal… ¡era sangre!
El pánico se apoderó de su mente, ¿iba a morir? No podía decirlo con certeza, pero estaba a cada segundo más seguro de ello. Estaba botando sangre por la boca, no podía hablar, le zumbaban los oídos, no era capaz de moverse y el corazón le latía cada vez más rápido, como amenazando con salírsele del pecho para ir a pasar sus últimos días en una carnicería.
Una mano le cogió por el pecho y, con gran esfuerzo, logró que se sentara.
Así gastas menos energía-dijo la voz de Pipíno- ahora relájate, y por ningún motivo trates de moverte.
Kamy apenas pudo verlo, despedía un poco de luz y se hacía visible junto al resto de los chicos, sentados y sangrando por la boca. Todos menos D-gray, quien sangraba, además, por los poros de sus brazos. Se le veía palidísimo y con la  mirada extraviada.
La luz emitida por Pipíno se hacía cada vez más débil y, así, poco a poco, se apagó.
Saito-dijo apenas- e…el maestro…me contó sobre esto… p…pe…pero…no pe…n…n…sé que fuera tan…horrible.
Dicho esto se desplomó junto a Kamy. Se sentía impresionado por cómo Pipíno había logrado reunirlos a todos, sobreponiéndose al “polvo rosa” y ayudándolos para que sobrevivieran más rato.
Desde el suelo y con la cara aplastada encima del césped dijo: espero nos encuentren, aunque no sé que habrá hecho Sergio para despertarla. Ojalá que si lo hacen, no sea…muy…t…tar…de.
¡WEÓN MARICÓN!-se escuchó no tan lejos- ¡¿QUIÉN TE DA PERMISO PARA TOCAR MIS COSAS E IRTE POR AHÍ MOSTRANDOSELAS A ESAS ZORRAS TUYAS?!
Lo lamento-chilló Sergio- de verdad lo lamento. Por favor perdóname, te juro que te consigo otra.
¿OTRA?-Bramo Shinku, embriaga de de cólera- ERA LA ORIGINAL, WEÓN. ¡LA MUÑECA ORIGINAL DE LADY ROZEN MAIDEN! ¡Y VOH POR CALIENTE ME LA HACÍH PEDAZOS! YA NO QUEDAN MÁS EN EL MUNDO, SE ACABÓ!! ¡!ASÍ COMO EN UN SEGUNDO MÁS SE ACABARÁN LOS SERGIOS DE MIERDA!!
Pero Shinku-gimió Sergio con desesperación- hay novatos cerca, les estás haciendo daño. Además, si sigues, me veré obligado a defenderme. Y no hay forma de que quiera hacerte daño, te pido que no me obligues a usar mi Jet-Kune-Do en ti.
¡¿HACERME DAÑO!?-Preguntó, desesperada y con la ira brotándole por los ojos- ya… no puedes hacer más… nunca volverás a hacer daño. Veamos… ¿dejo que mi polvo rosa te mate de a poco, o te saco la cabeza con las uñas? Eso ya lo veremos, lo único seguro es que pintaré la escena de tu muerte usando la sangre que te saque y el jugo de tus vísceras.
Kamy no daba crédito a lo que oía. Su mente no podía configurar la idea de que una mujer tan dulce y hermosa como Shinku de Galielle fuera a hacer algo como eso. Que no le importase que hubiera novatos cerca y, además, estuviese deseosa de aniquilar a uno de sus compañeros.
De pronto, la niebla se disipó. Kamy dejó de sangrar. Pero tanto fluido había pasado por su garganta, que no aguantó más y vomitó. Así lo hizo por un rato, hasta que se incorporó y vio a Gwyneth Arslam frente a él. La chica sostenía a D-Gray en brazos  y no se movía.
Qué buen campo de fuerza-dijo Pipíno ya totalmente descansado- del mejor nivel que he visto. ¿Te cuesta mucho mantenerlo?
Una sonrisa se dibujó en el rostro de la muchacha. Un poco-dijo sudando- no creas que es cosa fácil llegar y tapar el polvo rosa de la dama de Galielle. Mi magia no está al nivel de Marco- aún- o Matheo, quizá al nivel de Walter sí.
¿Al nivel de Walter?- preguntó Pipíno, dudando de sus oídos- ¿tan buena eres?
No- le dijo Gwyneth- él es malo en magia. Pero, siendo sinceros, no la necesita. Si lo vieras golpear como yo lo he visto…
¡¿Cuándo se convirtió esto en una reunión académica!?- Inquirió Chicho desesperadamente- ya habrá bar o biblioteca para que cuchicheen. ¡D-gray se está muriendo!
¡Ay!-exclamó Gwyneth imitando el tono de voz de Chicho- ¡se va a morir mi pololo!
Pipíno y Kamy se cagaron de la risa mientras Chicho, sin decir palabra, se puso rojo y volvió la cara hacia otro lado.
No te preocupes-dijo Arslam, recuperando su seriedad- él está bien. Pero, al parecer, no le gusta ver sangre.
¿Cuánto más crees que puedas resistir, Gwyneth?- le preguntó Kamy- ¿saldremos de esta?
A lo sumo unos cinco minutos, si te soy honesta- dijo como disculpándose- debemos agradecer que no son ustedes con quienes está enojada. Este polvo es solamente el residuo del que usa para atacar a Sergio. Sin duda alguna, es una mujer temible. Hermosa y letal… la mejor combinación cuando de engañar al enemigo se trata, si me permiten decirlo.
Lo mismo digo de ti- dijo Pipíno- eres bellísima, y puedes formar un campo de estas características. Sin duda alguna tu puesto en la guardia es más que merecido.
Gracias por el cumplido- le dijo ella- pero no me llevo con las caballerosidades innecesarias. Mi tiempo no se desperdicia en chorradas, además, un parche en el ojo no es el mayor de los símbolos de belleza.
Pipíno no quiso seguir hablando, la encontraba muy linda, y su parche en el ojo la hacía ver sexy, como Asuka de la novela “evangelion”*.
Eeehh…chicos- dijo Kamy-  sólo nos quedan cinco minutos, ¿verdad? ¿Cómo la haremos para sobrevivir después?
No será necesario esperar tanto- le contestó Gwyneth- esto se acaba ahora, ¡mira!
Kamy dirigió sus ojos hacia donde la mano de Gwyneth apuntaba, vio como la niebla se esfumaba y que el causante de esto era Bardiel de Nanni.
Mel!-gritó a su esposa- ¿qué weá te pasó?
¡Qué este weón me hizo tira la muñeca!- le respondió ella.
Puta que la cagaste, Sergio- le dijo Bardiel al “Mariadicto” para luego volver a dirigirse a su mujer- pero no puedes hacer esto, amor. No ahora.
No voy a  parar, Juanpa- dijo ella- así que mejor ándate.
Ya veo, entonces no me queda otra opción- fue la respuesta del valiente esposo- Mel, no me odies por hacer esto en público.
Todos miraban a ver qué se disponía a realizar el profesor de Lógica Ilógica. Viniendo de alguien como él, cualquier cosa era posible.
Bardiel de Nanni empuño la mano derecha frente a su rostro, cogió esta con la izquierda por la muñeca. Pareció concentrarse…y pasados unos segundos (aprovechando el hecho de que Shinku sólo tenía ojos para su victima) levantó el dedo índice. Se inclinó hacia atrás como los Samurai cuando sostienen la Katana a la altura de la cabeza. Luego se lanzó hacia delante y gritó: ¡Dedazo!
Impulsado velozmente y con el dedo amenazante como una lanza, cubrió la distancia que le separaba de Shinku y llegó con el índice… a la boobie derecha de la dama.
Se hundió muy suavemente en esta. De inmediato, las mejillas de Shinku de Galielle se pusieron rojas. Se tambaleó y cayó, mientras lo que quedaba de Polvo rosa desapareció. Bardiel la tomo entre sus brazos antes de que cayera al suelo. Puso cara de serio y mirando hacia los novatos y Gwyneth, hizo el signo de paz, como aparentando que frente suyo hubiese una cámara lista para fotografiarlo.
El poder del dedazo-exclamó- es infalible.
Definitivamente-dijo Chicho con cara de “viejo culiao que va a la Iglesia y oculta que, en el fondo, sólo quiere pasar al cine porno del centro o algún café de bandera”- sus métodos me resultan repugnantes.
Gwyneth deshizo el campo de fuerza, depositó a D-gray suavemente sobre el pasto y se sentó.
Necesito recuperar el aliento unos segundos- señaló- ¿porqué no van a ver cómo está el profesos Sergio?
Kamy, Pipíno y Chicho se dirigieron hacia Sergio. El maestro del Jet- Kune- Do se encontraba mareado, respiraba muy trabajosamente y sudaba a raudales.
Profe-dijo Chicho- ¿qué necesita que hagamos para ayudarlo?
Ayúdame a pararme, perro- obtuvo por respuesta- necesito llegar al árbol.
Entre Pipíno y Chicho lo tomaron de los brazos y, una vez de pié, le permitieron caminar hasta el árbol más cercano, apoyado de sus hombros.
Gracias, se pasaron-dijo- ahora, si me disculpan.
Acto seguido, comenzó a vomitar sangre en cantidades industriales, como si algún personaje de Saint Seiya tuviera ulcera.
Quince minutos después ya se encontraban todos mejor. D-gray estaba recién recuperando el conocimiento (sí, se había quedado inconciente a causa de la pérdida de sangre) y ya todos estaba juntos. También, otros profesores se encontraban ahora en la escena.
Shinku-decía Elba- ¿cómo haces eso? ¿No ves que hay novatos aquí? ¡¿Acaso no pensaste en toda la plata que se nos iría en indemnizaciones a las familias?!
Sorry-se excusó Shinku de Galielle- es que… mi muñeca.
No te preocupes-interrumpió Kanna- yo te entiendo, y estoy segura que los chicos así lo hacen también, ¿no es así?
Al momento de mirar a los pobres novatos que habían vivido una experiencia cercana a la muerte, puso una cara de “si dicen que no, me los cago”, pero aún así los chicos se encontraban molestos y, fieles a lo que se les enseñaba en la academia, no iban a ocultar sus pensamientos ni a dejar de fundamentar sus opciones y formas de sentir.
No sabemos qué decir- habló Kamy por el grupo- digo, uno de nuestros profesores casi nos mata… por una muñeca, sin siquiera tener idea del todo sobre la disputa. De verdad, no sabemos qué decir, ni tampoco sabemos qué sentir.
Una pequeña y palpitante vena apareció en la frente de la profesora Inffamm. Los miró pero no pronunció palabra.
Shinku de Galielle comprendió lo que pasaba, se puso frente a los muchachos y los miró fijo.
Sé que no hay palabras para justificar lo que hice- señaló con voz arrepentida- pero, de verdad, no era mi intención. Lamento profundamente todo lo que he hecho, por favor, ¿pueden no enojarse?
Pronunciadas estas últimas palabras, sonrió de tal forma que los novatos se derritieron y todas sus defensas fueron derribadas.
Ok-exclamó Kamy- por mi parte no hay problema… mis compañeros, no sé.
No te preocupes- respondió Pipíno- cosas que pasan. Aparte, pude ver un buen despliegue de fuerza.
Saito, que estaba ahí, no aguantó miró a su alumno y dijo: ¿Que acaso el de tu maestro no es suficiente, weón?    
No señor-dijo Pipíno pronto a hacer una reverencia.
Menos mal, culiao-cerró Saito, riendo por dentro a causa del inesperado efecto que su persona causaba en el muchacho.
Yo tampoco tengo drama- aclaró D-gray- porque, mal que mal, pude ver que no me gusta la sangre, así que ahora sé que debo encontrar una solución para eso.
Chicho, por su parte, sólo movió la cabeza de arriba abajo y sonrió.
Listo, ahora hay que prepararse- dijo Gwyneth- nos movemos todos. En un par de horas partimos hacia la magnífica ciudad de Fígaro.
¿Irás con nosotros, Gwyneth?- preguntó Pipíno.
Así es, vamos casi todos- le respondió- en la academia sólo quedarán Elba, Booba, Fénix, Frederich y Jota.
¿Cómo es que permitieron que fuéramos nosotros?- inquirió Chicho- no somos nada especial.
Creo que Pipíno ya debe haberles dicho- contestó Saito metiéndose en la conversación- que es un favor especial. Aprovechemos el hecho de que él los considera sus amigos, y si ustedes cerca le permiten mantenerse cómodo con el entrenamiento, dejemos que así sea. Eso y nada más, mejor se dedican a empacar y a disfrutar del viaje.
Al fin-dijo D-gray- usufructuamos de la fama de nuestro querido Pipíno.
Este se rió y sólo respondió con un “cállate, culiao”, para luego mirar a Gwyneth y entablar conversación.
Oye, dime- le preguntó- ¿cómo aprendiste a realizar tales proezas de magia? ¿Qué tan buena eres con la espada?
 Gwyneth se le quedó mirando y sonrió.
Eres realmente un preguntón-dijo- pero no me molesta. Lo que sí lo hace es el hecho de no poder responderte de forma clara. El vanagloriarse mucho sobre las habilidades propias no es un camino que me parezca muy bien.  Sólo puedo decir, que me enseñaron bien, bastante bien. Eso sería todo.
Ya veo- respondió su interrogador- ¿fuiste entrenada acá en la academia desde el principio?
Así es- le dijo ella- Muchos de los del consejo superior fueron mis profesores.
Pero, te entreno alguien en especial, así como a mí, ¿o no? ¿Fue un genio?
Nah-respondió Arslam- nada de eso, sí me entrenaron de forma especial, pero no lo hizo un genio, un idiota… eso sí.
Antes de poder seguir conversando, se escuchó “Jum” muy fuerte, todos voltearon hacia el sonido y vieron que Edith de los valles de Caullán se acercaba junto a su amiga, Margarina axilas Cobain.
Chiquillos-dijo Edith al llegar- qué bueno ver que están todos sanitos, pensé que algo malito les había pasado. Apenas me contaron quise venir, pero primero tenía que pasar a ver a margarina, no podía evitarlo, fue una promesa de mejores amigas, ¡JUM!
Chicho casi explotaba últimamente en sus encuentros con Edith, a los demás no les molestaba, pero tener que escuchar a la chica le hacía hervir la sangre.
Y sigue- se lamentaba- sigue usando diminutivos a cada rato mientras habla weás y nos trae a esa enana chillona de mierda para que “nos hagamos sus amigos”. Conchemimadre, si esto sigue me pego un tiro.
Ya para, hueón-le dijo Kamy- tranquilo si la weá no es pa’ tanto.  Está bien que Margarina sea un poco “exasperante” (sí, hace las comillas con los dedos) pero Edith es nuestra compañera… así que si Margarina es su amiga… no hay nada que hacer.
Suenas como niña y me dices hueco a mí, viejo- le dijo Chicho, cortante- no sé hasta donde pretenden llegar con esto, pero no estoy interesado en hacer migas con alguien como ella. Su forma de ver la vida es demasiado “diminutiva”.
Kamy lo quedó mirando, trataba de entender las razones de Chicho, pero al final se decidió por creer que no era más que un encabritamiento por parte del Joven de Hurtas.
Y sigues con lo de diminutiva- argumentó Kamy tratando de encontrar la forma de convencer al de Hurtas de que saliese de su capricho- ni siquiera tú sabes qué es eso, no me queda más opción que hacértelo saber.  
E…chicos-dijo Pipíno, rojo- han estado hablando fuerte todo este rato. Podemos oír cada cosa que dicen.
Kamy no encontraba donde meterse, pero Chicho se mostraba impávido.
Está bien que lo oigan- dijo- es mejor que se enteren de mi boca que de la de cualquier otro.
Margarina axilas Cobain lo miraba con su horrible cara, mostrando una sonrisa de oreja a oreja.
Que simpático eríh-dijo al fin- me caíh re bien. Eríh muy seco. El mejor amigo que he encontrado por acá, Chicho, jiji.
Gwyneth, Chicho, Pipíno y D-gray abrieron los ojos como platos. ¿Acaso esa cosa lo había escuchado aunque fuese un segundo? Sin poder responderse, miraron a Edith a ver como reaccionaba… y esta reía igual de feliz.
De verdad que le caes bien a Margarina-dijo- y yo haré todo lo posible para caerte así de bien a ti también, ¡vibra positiva!
Gwyneth se acercó al oído de Chicho (al cual había encontrado más sensato que el resto) y le dijo: ¿Soy yo, o esto se pone cada vez más bizarro?
 Chicho respondió a su inquietud: Y es así todos los días, no esperes nada menos bizarro que esto. Cuando esa está cerca, el ambiente no me gusta. Además, es como muy falsa.
Ya veo, ya veo-dijo comprensiva Gwyneth- siempre hay alguien que nos provoca eso…
En ese instante, Gwyneth se dio cuenta que la chica de Caullán llevaba el pesado libro de magia de Marco.
“In Magic we Trust”- dijo- ¿de donde lo sacaste?
Edith se la quedó mirando sin borrar la sonrisa de la cara ni abrir los ojos.
El profesor de Gales me lo dio- fue la respuesta- al parecer me considera una prodigio y cree necesario que aprenda de aquí. Será mejor que te cuides, Gwyneth Arslam, porque dentro de poco dejaras de ser la mujer  más fuerte “no graduada” de este lugar.
Aquella afirmación no dejó indiferente a los que estaban ahí, pero antes de poder decir cualquier cosa, Margarina axilas Cobain se puso a hablar.
Oh! Erih Gwyneth Arslam, te admiro caleta, erih la mejor, súper seca, jamás pensé que me haría tu amiga.
El rostro de Gwyneth mostró claramente que se encontraba mareada. Pero siendo fuerte su temple, se compuso y la miró y no dijo nada.
Me voy- señaló- hay que prepararnos. Mejor empiezan a empacar, que nos vamos después de almuerzo.
Pero no alcanzó ni a moverse, cuando la grotesca figura de Nobi llegó caminando muy “dandy” junto a dos de sus lacayitos: Hinata de Hindú y Sayito Emo.
Uy, que huele mal acá-dijo, secundado por las risitas de sus perros falderos- han de ser estos novatos de clase baja. ¿No se preocupan de hacerme una reverencia? Qué falta de respeto.
Los chicos y Gwyneth se le quedaron mirando con cara de pocos amigos, Edith seguía con la cara trabada en una sonrisa mientras Margarina miraba a Chicho embobada.
No se preocupe, señor Kintazult-dijo Hindú- estos imbéciles se creen la raja porque andan con el “Igor” de Gabianni.
Uy, sí-agregó Emo- creen que siempre los va a defender el cachorrito. Se la tienen muy comprada.
Faltaba poco para que Pipíno saltara encima de esos dos, cuando Gwyneth habló.
Nobi… ¿tienes cara de pasearte libremente por los jardines, cuando no fuiste capaz siquiera de reclamar un puesto como debe ser?
Arslam-fue la seca respuesta del aludido- tan ordinaria como siempre. No me extraña que te juntes con estos… me siento muy apenado, en verdad, de que alguien con tu belleza posea esta clase de amistades y una actitud tan poco acorde a una mujer.
¿Y cuál sería una actitud correcta, según tú? –Le preguntó ella- ¿Esperas que me encuentre aprendiendo a tocar el piano y a cantar para componer odas en tu nombre?
Eso sería mucho más adecuado para una dama de alcurnia-sentenció Nobi- en tu caso, deberías aprender a lavar platos o las artes amatorias… si te interesa, podría llevarte como mi concubina. Si obviamos el ojo que te falta, harías muy bien el papel.
La mejor “no graduada” de la academia cambió totalmente la expresión, y del asco pasó al odio. Caminó hacia quien la insultaba y desenvainó la espada.
Vuelve a decir algo como eso y te quedas meando en una bolsa de por vida-dijo.
Nobi era presa del pánico, pero sabía que las reglas de convivencia estaban de su parte, así que tratando de disimular el terror contestó:
Ladra cuanto quieras, perra, pero sabes que te es imposible atacar a un noble. ¿Quieres amenazar tu puesto en la guardia y dar más problemas a tu jefecito? Aunque quizá no te importe, a los de tu clase les encanta crear problemas a los “amigos”, ya sea con revoluciones o agresiones innecesarias.
Deberías agradecer que se te permita dirigirme la palabra, sobre todo siendo alguien que, por cuna, no debería llegar a más que meretriz.
Edith observó la escena tranquilamente mientras Gwyneth enfundaba su arma sin dejar de mirar a Nobi.
Tranquilos, por favor-dijo la de Caullán- Gwyneth, usted no debería ser tan brava e intentar atacar a alguien de la condición del señor Kintazult; que, además, es tan simpático, JUM.
A kamy, D-gray y Pipíno no les agradó en absoluto el comentario de Edith. Para qué decir Chicho, cuyos ojos amenazaban con salirse de las cuencas.
¡Vibra postivaa!-gritó Edith- ¡para todos! 
Una mujer sensata y con clase al fin-dijo Nobi- Caullán siempre ha sido una proveedora de buenos caballeros y damas. Pero, lo que en verdad me llama la atención, es como estos indigentes-señaló a los muchachos- se escudan tras una mujer para que les defienda. ¿Dónde está mi reverencia?
Los lacayos de Nobi parecían zuricatas idiotas riendo junto a él, chillaban de forma imbécil mientras asentían a las palabras de su señor.
Ya, vamos-decía Hinata- quiero verlos reverenciar al Joven maestro Nobi.
Es la hora ya-agregó Sayito- ¿no ven que el tiempo pasa y cada segundo es un suicidio constante?
Antes de poder decir cualquier cosa, Chicho se adelantó a sus compañeros…rojo de ira y bramando.
¡Vengan, mierda!-exclamó- quiero arreglarme con el par de culiaos de una, ¡los conchadesumadres hijos de la mal parida!
Este era otro de los imprevisibles cambios de personalidad del joven de Hurtas. Sus amigos se impresionaban cada vez que pasaba esto, la verdad no sucedía muy a menudo, pero tampoco es tan impresionante si piensas en alguien que suele no molestarse con nada. Es como un globo que se va llenando y, en algún punto, o vacía algo de aire o explota
Kamy miró a su compañero y se puso junto a él poniéndole la mano derecha en el hombro.
Tranquilízate, hueón- le dijo- no podemos arriesgarnos a tener esta clase de problemas justo antes de salir. ¿Quieres pasarte las vacaciones en las mazmorras?
No… me importa- le contestó el enfurecido Chicho- los quiero a los dos. Sí, a los dos, de cara contra el suelo.
Si haces algo, insolente-le reprochó Nobi- lo tomaré como un ataque hacia mi persona y haré que…
Nobi de Kintazult se paró en seco. Sólo vio una sombra que se proyectaba desde su espalda. También pudo sentir olor a tabaco y percibió el humo de cigarrillo que le soplaban en el pelo.
Todos podían ver como le temblaban las piernas, parecía a punto de llorar y se negaba a voltearse, quizá creyendo que, si no lo hacía, el hombre detrás sería mero producto de su imaginación.
Al fin, desesperado, el príncipe de Kintazult volteó quedando con la cara a la altura del pecho de aquel que había cortado sus palabras.
Y entonces se dio cuenta… cruzados los brazos, roja la cabellera, de mithril las botas, Sir Walter Reed estaba parado con esa mirada que derriba murallas.
Así que-preguntó el jefazo- ¿incitando conductas violentas? Esa clase de comportamiento por parte de “un culiao como voh no me impresiona, ¡pero sí me emputece!
Antes de que Nobi pudiera decir cualquier cosa, Walter movió su brazo derecho y, con el puño de lado, tocó el pecho del repugnante sujeto. Apenas lo hizo, éste salió disparado varios metros, quedando tendido en el suelo.
Ahora-continuó- me parece que los jóvenes tienen un pequeño “match” de práctica. Doy fé de que las tres partes están de acuerdo y autorizo el “sparring”.
Miró a Emo e Hindú y les preguntó con los ojos brillando de enojo: ¿alguna objeción?
Ninguno se atrevió a contestar.
Perfecto-prosiguió- entonces, yo me voy a  buscar a alguien para que atienda al joven Nobi, que se desmayó de forma inexplicable, noh vemoh.
Dicho esto, y haciendo un rápido gesto de “paz” con la mano, Walter desapareció junto al inerte cuerpo de Nobi. Nadie lo vio llegar hasta él, ni mucho menos recogerlo, pero les quedó muy claro el porqué ese hombre ocupaba el cargo que tenía.
Jum- dijo Edith- que bueno que llegó Sir Walter a aclarar las cosas. Ahora, me gustaría ver como entrenan.
Pipíno avanzó hacia su amigo. El muchacho seguía colérico.
Weón, no es necesario que lo hagas- le dijo a Chicho- bien podemos dejarlo aquí.
Nada de eso-le respondió el otro- no rechazaré el amable gesto de Sir Walter.
Entonces- agregó Karlack- déjame ayudarte, al fin y al cabo, ellos son dos.
¿Y que te lleves parte de la diversión?-añadió Hurtas- tú sabes que, en el fondo, me gustan los desafíos.
Pipíno no pudo volver a hablar, el novato Sayito corría en dirección a Chicho con el puño en alto.
Chicho logró verlo, pero muy tarde, y recibió el impacto del golpe en toda la cara. El emo conectó dos más y, al intentar atinar el cuarto, chicho le tomó la mano por la muñeca, riendo y con un pequeño corte en el labio. Usando su fuerza, dobló la muñeca de su rival hacia atrás, haciendo que este cayera de rodillas.
Dije- indicó- que quería verlos a los dos haciendo una reverencia. Pero, al parecer, no se podrá al mismo tiempo.
Acto seguido, levantó su mano libre y gritando “golpe matachancho” impactó la nuca de su adversario.
El novato soltó mucha saliva por la boca, los ojos se le pusieron blancos por un segundo y las lágrimas le empezaron a correr.
Perdón, perdón- decía- estoy sufriendo mucho, eres como la vida que golpea el corazón de los hombres, perdóname por esta vez.
Quiero mi reverencia-bufó Chicho e impactó dos veces más,  otra en la nuca y la tercera en el cráneo.
Los ojos del Emo volvieron a ponerse blancos, pero no retornaron a su estado original. Quien lo golpeaba le soltó la mano, y Sayito se desplomó cayendo de bruces.
Chicho miró el cuerpo de su contrincante y le pisó la cabeza.
Así está mucho mejor-dijo- ahora, vamos a ver si tu amigo tiene un poco más de agallas.
Caminó en dirección a Hinata, el cual, inexplicablemente, no había huido. En vez de eso, se arrodilló topando el suelo con la frente.
Salve, oh gran Chicho-alabó.
El novato de Hurtas llegó hasta su lado y, para sorpresa de todos, le pateó la cara.
El tamaño de tus orejas-dijo- sólo es superado por el de tu fanfarronería.
Kamy no había tenido ocasión de hacer uso de sus habilidades. Ni un pequeño sparring siquiera, por lo que el presenciar la puesta en práctica de las habilidades de Chicho le infundaron, al mismo tiempo, temor y una fuerte necesidad de entrenar.
Hinata se quedó en la posición que estaba y no dijo nada… había perdido el conocimiento.
Eso sería todo-dijo Chicho- ahora me siento más relajado. Me carga cuando se me lleva a actuar de modo tan poco racional.
Nadie te obligo, weón-susurró D-gray, aunque fue lo suficientemente alto como para que lo escuchara su amigo.
Chicho hizo caso omiso del comentario del Africano y comenzó a caminar.
Ya, cabros-dijo- mejor nos vamos a empacar, no me interesa que se vayan sin nosotros.
Sí, mejor nos vamos- Respondió Kamy, sin poder evitar ver como Margarina seguía lentamente a Chicho.

Una vez almorzados, los novatos tenían todo listo. Una que otra maleta y bolsos. El primero en encontrarlos fue Marco.
Ah, ya hay gente-dijo- ¿no falta nada?
Nop-fue la respuesta general.
Me parece muy bien- les contestó- eficiente de su parte, AWEONAOS! Los caballos llegan en un segundo.
¡¿Caballos?!-exclamó D-Gray, emocionado- al fin conoceré uno, allá en África no hay.
Son la raja, loco-dijo Marco- te van a gustar caleta.
En eso atrás se vio a Matheo que llegaba montado en un pequeño pony color rosa mientras arreaba otro grupo de equinos, más grande y menos trolo.
No podih ser más gaylord- le gritó Marco- ¡maricooooooooon!
Si no te gusta mi estilo- le respondió secamente el doctor- allá tú, a mí me gusta y punto. En fin, aquí están los caballos de los novatos y las chicas.
Perfecto- asintió Marco- ahora, yo me arreglo con el mío y “ya’ toy”
Saco uno de los mini DVD del cinturón y comenzó un ritual de invocación:
Necesito la “coleesa” y estilo de los grandes, con nombre reconocido, velocidad y bacanidad garantizadas, aparece!
Del DVD salió mucho humo, y una vez disipado, los muchachos pudieron ver un automóvil deportivo que parecía hecho a medida para un agente secreto del M16.
Ah- suspiraba Marco- que bueno ser yo.
¡Conchetumadre!-gritó Kamy- ¿Qué weá más genial, qué es?
Es un “Aston Martin V12 Vanquish” -le dijo Marco- te lo explicaría más a fondo, pero es el medio webeo. Un auto bacán y punto.
O sea que-dijo Chicho- ¿nosotros nos vamos a caballo y tú en esa weá?
Corrección-bramó Kanna extasiada, que llegaba recién- ustedes se van montando a caballo y NOSOTROS en auto, ¿cierto, Marco?
 Pseh-concordó el summoner.
Ya, chiquillos- les dijo Matheo- mejor tomen un caballo y pongamos manos a la obra, miren que nos queda un buen rally.
En eso llegaron los demás y los caballos fueron repartidos.
Kamy montaba un hermoso corcel negro, excesivamente grande para la contextura del muchacho, pero lo suficientemente genial como para pasarse mil rollos. Pipíno se subió en uno corriente que se mostraba muy orgulloso y altivo, Chicho hizo lo mismo con uno color paja y D-gray montaba uno blanco, el chico no podía evitar sonreir, aunque se le veía completamente nervioso.
Alguien tendrá que enseñar a montar a D-Gray en el camino- dijo Jesús du Angellic con estrepitoso vozarrón- pero él al caballo, no al revés, ¡jajaja!
 Que camine el weón-dijo Oso que, en efecto, caminaba- ni ahí con maltratar un pobre animal…
¿Usted no monta, profesor?-preguntó Kamy-
Nah- le dijo éste- si mis piernas están buenas, no necesito aprovecharme de otra criatura para que use las suyas por mí.
A Kamy le impresionó que el profesor de manejo de armas, una persona que se dedicaba a enseñar cómo usar elementos para quitar la vida, se empeñara en no abusar de un animal. Podría haber seguido pensando, pero Elba, que se encontraba junto a los que se quedarían en la academia, habló:
Ya, espero que todo les salga bien. Walter, usted sabe lo que tiene que hacer allá.
Sí, obvio que lo sé-dijo el grandulón- mejor nos vamos altiro.
Jota de Joder se acercó a Saito y le dio un fuerte beso en la mejilla, para luego estrangularlo un poco.
Que te vaya bien, majo mío- le dijo- te me cuidas allá y nada de meterte con alguna chavalita medio loca, ¿eh? ¡Real Madrid!
Saito se puso rojo y le dijo: je. Cuídate también, mija.
¡Zorra de mierda!-gritó Kanna desde el auto en el cual ya se encontraba.
Ya, cabros-dijo Marco desde el mismo lugar- nosotros partimos antes, nos encontramos en la ciudad, ¡SHAELAA, NOH VEMOH!
Y, acto seguido, pisó el acelerador de su V12 perdiéndose a lo lejos, mientras dejaba un rastro de polvo.
Ok, weones-dijo Bardiel- yo tomaré las riendas del caballo de D-Gray mientras troto a su lado en el mio, otra cosa más en la que soy mejor que este que se cree bueno pal’ Smash.
¿Mejor que yo?-preguntó Fénix.
Eso al menos no lo sé aún- le contestó el ilógico profesor- pero sí sé que vales callampa
Fénix se hizo el weón y caminó hasta Gwyneth.
Te cuidas- le dijo- me habría encantado ir contigo para protegerte en caso de cualquier cosa, pero el deber es más grande y no me permitieron salir. Acá me necesitan. ¿Prometes que te cuidarás y no harás nada imprudente?
Gwyneth le regaló una sonrisa y dijo: Ay, Fénix. Qué amable, pero si esa clase de cosas componen tu discurso regular, no sé cómo te va tan bien con las chicas. De todos modos, gracias. Cuídate tú también.
Fénix quedó medio idiota y sólo respondió con un “que te vaya bien, nos vemos a la vuelta”.
Felíz viaje a todos, cabros culiaos-dijo Booba- denle saludos a los tíos.
En tu nombre, viejo-dijo Saito- ¡fuímonos!
Así comenzaron todos un lento trote que, poco a poco, se convirtió en un intento de galope. No podían ir más rápido porque D-Gray no era bueno en esto de montar caballos y, siendo sinceros, el resto de los novatos tampoco lo era.

Kamy estaba emocionadísimo. Esperaba poder conocer más de aquellos hombres a quienes había confiado su formación, esperaba poder aprender lo más que pudiese y, así, estar un paso más delante de convertirse en un caballero.