viernes, 15 de julio de 2011

Capítulo XIII, “Una vez en Fígaro…"



Mientras entraban a la hermosa ciudad, los novatos se dieron cuenta de cómo el pueblo de Fígaro se agolpaba para verlos. Calurosos clamores les dieron la bienvenida y no pudieron evitar sentirse algo importantes. Las anteriores palabras de Chicho ahora hacían mucho más sentido a los jóvenes. Aplausos y vítores por doquier, era bastante evidente que el vínculo que unía a éste reino con la academia era muy fuerte; de no ser así tal recibimiento jamás hubiese ocurrido.
Vaya que hace tiempo que no veníamos- exclamó Cabezón dirigiéndose a Kamy que cabalgaba junto a él- el lugar no ha cambiado ni un poco. Sus gentes son muy amables, son todos felices.
Algo he oído de éste lugar- le respondió el novato- pero los relatos no se comparan a la vista que tengo.
Los novatos estaban todos maravillados, la ciudad estaba llena de color y vida. La entrada, si bien angosta, era un pequeño tramo que daba a una amplia plaza. En ella había una pileta que marcaba el centro de la misma, el agua que brotaba de ésta fuente era cristalina y pura. Árboles por todos lados, estéticamente dispuestos de forma perfecta, ya que la ciudad había sido decorada por los Inffam, la gran orden de diseñadores a la cual, sí, así es, la profesora Kanna pertenecía; a pesar de no ejercer como tal en la actualidad por limitaciones que no discutiremos ahora. Pero bien, éste no había sido todo el trabajo que habían hecho con el lugar; la simetría de los edificios, la disposición de los faroles, el trazo de las calles. Todo, todo era simplemente bello y no hay hombre de letras que pueda retratar el impacto escénico que causaba la escena.

En fin, mientras los novatos terminaban de embriagar sus sentidos con la vista ofrecida, un grupo de hombres engalanados en túnicas negras con una gran “F” roja estampada en el pecho se hizo presente.
La guardia real-susurró Gwyneth a Pipíno- ellos son los hombres de armas más diestros del lugar.
Vaya-le dijo él- apuesto a que son muy fuertes. Pero se ven un poco gordos, es raro que haya caballeros de tal complexión y weá.
No los subestimes-dijo Gwyneth- las apariencias aquí no importan. Además, su gordura es debido al estricto régimen de entrenamiento. No sólo basta con que sean diestros con las armas, deben permanecer mucho tiempo estudiando, lo que los lleva a estar sentados durante años antes de volver a empuñar una espada y ser admitidos en la guardia. Pocos logran sobrevivir.
¿Cómo?- preguntó Chicho integrándose a la conversación; su oído seguía siendo lo máximo- te creo que engorden, pero no veo porqué no podrían sobrevivir a la lectura.
Puta el weón- dijo Marco acercándose ya a paso normal- lo que pasa es que el entrenamiento de estudio consiste, además, en una estricta dieta a base de “big macs”, el veneno más delicioso de la tierra.
¿En serio?-exclamó incrédulo el muchacho- yo he oído que con una de esas te mueres. Así de simple.
Pseh- le contestó el summonner- así de simple.
Chicho estuvo meditabundo un segundo y le dijo: me parece muy cruel que se fuerce a los soldados a realizar tales tareas. Sencillamente inhumano.
No estás entendiendo, Chicho- le aclaró la del parche- en Fígaro no hay tal cosa como “obligaciones” todos los nacidos en el país tienen una educación asegurada. Y el reparto de la riqueza es tal en equidad, que da lo mismo al trabajo que optes. El ingreso prácticamente no difiere. Para el Estado del país, todos los trabajos son necesarios y  sus  gentes merecen un trato digno. Lo que mueve a los hombres acá a tomar un camino es la mera vocación y el deseo personal de realizarse como mejor les plazca.
Chicho quedó anonadado y podría haber seguido hablando, pero el capitán de los hombres de negro, de gran corpulencia y tamaño resaltando por sobre todos los otros, alzó su voz al tiempo que los clamores cesaron.
Nobles señores de la academia Shi-Oni, ilustre organismo de la unión, cuna de los mejores caballeros del orbe. El rey y la reina desean que se acerquen a palacio. Quieren darles la bienvenida en persona y ofreceros un banquete. Además de, por su puesto, mostraros vuestros aposentos. Hagan el favor de desmontar de sus caballos para que podamos moverlos a los establos y proveerles el trato que tales nobles bestias merecen.

Walter fue el primero en descender, se acercó al capitán de la guardia, secundado por Saito y Oso.
Haz crecido, y mucho, Nanni- dijo el presidente- hablas como todo un señor. Gracias por venir a recibirnos.
Mish, quien te viera y quien te ve. Si antes eras solo el miembro más cool de “Amango”- añadió Saito.
Nanni del rá, capitán de la guardia real de los señores de Figaro, sonrió ante los dichos de los otros hombres y, para sorpresa de todos, dijo:
Meh, tanto tiempo aplanándome el culo leyendo weás, algo tengo que haber aprendido po wn, tengo que justificar el sueldo. No ando con cagah’ de perro flaco, yooohou!
Jajajaja, lo weno  nuca cambia, perrito- dijo Saito y le alcanzó el puño. Nanni respondió con un “Yo” y lo chocó.
Ahí se acaba toda la seriedad- se lamentó Chicho- siempre esos dos encuentran la forma de cagar todo lo lindo y la pompa.
No me subestimíh, conchetumare- gritó Kanna un poco más adelante.
A mí tampoco, chiquito- le dijo Jesús amenazante.
¿Cómo chucha se enorgullecen de cagarla?- se preguntó a si mismo Chicho, pero no dijo nada por la prudencia que lo caracterizaba.

Una vez todos desmontados, el consejo superior más escolta se dirigió hacia palacio. Saito, Marco, Walter y cabezón conversaban animadamente con Nanni. Además, al mismo tiempo, Walter conminaba a cabezón a no cocinar y dejar que Tía Fígaro preparara su famoso arroz.
¿Donde queda el palacio?-preguntó D-gray al tiempo que miraba un edificio- siguen diciendo sector 14 y no cacho una.
Cerca, viejo- le dijo Bardiel- tranquilo que te va a gustar… y espérate al carrete de la noche, RON Y COCA CONCHEMIMARE!!
D-gray solo se limitó a sonreír.
Gwyneth y Shinku caminaban juntas, robando las miradas de su lado (las otras se las llevaba Kanna). Conversaban por lo bajo, un poquito alejadas del resto.
E- le decía Shinku- igual es bueno haber venido. ¿Te trae recuerdos?
Montones-le contestó la chica- tantos que no sé por cual empezar a recordar, ajja.
Ay, weona jajaja- siguió Shinku- a mi éste lugar me pone alegre. Muy alegre.
Yo no sé-dijo Gwyneth- es que… no sé si sentir nostalgia o alegría. O sea, hay tantos recuerdos mezclados… y faltan cosas al lugar…cosas importantes.
En algún punto- le contestó la bella de Galielle- hay cosas que se van. Debes encontrar la forma no de superar, si no de aprender a vivir con las ausencias inevitables. Amigos, familia, es imposible prever cuando alguno se irá; cuando nos hará falta. Es por eso que, recordando, evocamos lo mejor que pasamos junto a eso que ya no está. Pues, si bien su ausencia es dolorosa, todo lo que vivimos en su compañía vale la pena. Al final, el amor nacido de esas relaciones que construimos en el pasado es lo único que perdura. ¿O no?
Te has vuelto muy poética, Shinku- le dijo Gwyneth- en verdad que sí.
Tengo derecho a crecer y aprender, ¿cierto?- fue la respuesta.
Ambas muchachas rieron alegremente.
Mmm, quizá deberíamos hacer unas cuantas remodelaciones-dijo Kanna- creo que podríamos aplicar algunas nuevas técnicas en las que he estado trabajando.
¿Con quién hablas, Kanna?- le preguntó Bardiel- ¿te volviste loca y ves  weás y les dices cosas?
Nada que ver, Juanpa-le contestó ella- estaba pensando en voz alta. Unas cuantas remodelaciones al casco de la ciudad no vendrían mal.
Tú eres la que entiende- dijo Bardiel- pero de más no está planteárselo al jefe de los arquitectos acá.
Lo pensaré, Bardielazo-sentenció la Inffamm casi susurrando- lo pensaré.

De pronto todos se detuvieron. La guardia Real hizo un alto y Nanni se vió forzado a dejar de hablar con los hombres para anunciar que habían llegado al castillo.
Obviamente esto de decir a los demás que ya se encontraban en el palacio era una mera formalidad, parte del protocolo. Los recién llegados no eran ciegos, y el no haber divisado la gran casa de la familia real era imposible.
No es que el castillo Fígaro fuese alto, pero sí desmedidamente genial. El camino de la entrada principal estaba decorado por una alfombra negra flanqueada por antorchas… una vez recorrido se llegaba a la enorme puerta de Adamantium, el metal más la conga que la orden de herreros “Marvel” podía ofrecer. Por fuera, la estructura era cuadrada a la usanza del medioevo, pero sus muros ofrecían hermosos grabados de antiguas batallas, bañados en oro. Las murallas se mostraban durísimas y carecían de cualquier daño, no estaban percudidas.
Amigos, nos encontramos en el castillo de los señores de Fígaro –dijo Nanni- por favor, hagan tal de seguirme por la alfombras hasta dentro. Allí los esperan nuestro rey y nuestra reina.
Los novatos estaban algo nerviosos, ninguno podía decir que estaba familiarizado con algo parecido a esto, mucho menos a cualquier clase de protocolo en general. La cosa es que, limitados como estaban, no tuvieron otra opción que seguir a sus maestros y avanzar con paso recto. Sin mirar mucho en derredor y haciéndose los weones. Parecían robots, era una escena muy graciosa.
Lo que lograron ver al entrar impactó los ojos de nuestros héroes, el salón estaba diseñado de una forma que se veía mucho más amplio de lo que podía preverse mirando el exterior. Las paredes estaban forradas en lienzos y había pinturas cubriéndolas en casi toda su extensión. Eso no era todo, había muchas estatuas en los pasillos aledaños al camino principal.
Kamy estaba intrigado y quiso hacer una pregunta sobre historia. ¿Su elección? Kanna la Inffamm.
Eehhmm… Kanna- preguntó- ¿a quienes corresponden todas las estatuas que se ven aquí?
Buena pregunta, Kamy- le dijo- pues verás. Las estatuas que se encuentran más cerca del pasillo son las de los antiguos regentes de Fígaro. Por ejemplo, esa de allá –apuntando a la esquina izquierda- pertenece a Alphonse “Warhammer” Fígaro, el último Rey y padre de Tía “cleansing” Fígaro, la actual reina y esposa de Tío “buildinghammer” Figaro.
Ya veo- respondió Kamy- pero, ¿sus nombres en serio son Tío y Tía?
  Sí- le contestó Kanna- ¿tiene algo de raro?
Nope, nada- mintió Kamy, los nombres le parecían un poco dispuestos a capricho de alguien.
Entonces déjame seguir- le regaño kanna- las otras estatuas que llenan el salón y los pasillos son de aquellos que hayan prestado algún servicio a la nación de Fígaro.

Interesante-señaló Kamy- o sea que acá honran a todos sus nobles en el palacio de los reyes…mira qué loco.

No, Kamy- le replicó Kanna- acá se honra a todo el que haya prestado servicios al país… las glorias de una nación son de la misma, no de individuos particulares. Desde el más humilde al más engalanado, todos son iguales cuando al servicio corresponde. No hay alma que esté por encima de la prestación del bien a la comunidad, es eso lo que hace a los países fuertes, la capacidad de su Estado de no considerar  unos inferiores a otros. Pues, al final, es obvio que sin hombres comprometidos, un país no pasa de ser un pedazo de tierra. Lo bello de tan abstracta idea es las oportunidades que puede otorgar a quienes la mantienen viva. Entendiendo que, al final, país y Estado no son más que eso… ideas.
Las declaraciones de kanna lo dejaron pasmado. Kamy siempre había dado por sentado que era una mujer fuerte y sin necesidad de mamilas; pero no había tenido la posibilidad de escucharla a fondo. Parecía ser muy instruida, por lo que se motivó a seguir haciendo preguntas.
Entonces, todos, ¿pero TODOS los que hayan ayudado en lo que sea tienen su estatua acá?
¿De verdad te impresiona tanto?- preguntó corroborando Kanna- te lo estoy diciendo, de hecho, mira a tu derecha.
Kamy siguió la mano de Kanna que le apuntabay pudo ver un grupo de estatuas muy familiares. Una de lentes con las manos cruzadas sobre el pecho dirigía una mirada galanoza al público… era Marco de Gales. Junto a él, la figura de kanna la inffamm labrada en piedra tenía un brazo a la altura de la cintura, mientras que con la otra mano enseñaba el signo de la paz; en el rostro dibujaba una enorme sonrisa. La otra correspondía a Matheo Ill Saggio, rechonchito y serio con los brazos a los costados.
Estatuas de ustedes!-exclamó Kamy muy impresionado- pero si ustedes no viven acá ¿cómo entonces? ¿Y cuándo?
Kanna se sonrió y le dijo: es que lo que pasa es que también se reconoce a los extranjeros, así se demuestra la gratitud acá. En cuanto a lo que hicimos… Tía!!!!!
La Inffamm se paró en seco y dejó a Kammy tirado mientras corría hasta el frente.
El muchacho miró en dirección hasta donde su maestra había corrido, ahí la vió llegar hasta los tronos que, curiosamente, no estaban dispuestos en altura, si no que a nivel de suelo. Al llegar abrazó a la mujer que se levantaba para corresponderle el saludo.
Kannita, ¿cómo estás?-le preguntó Tía reina de Fígaro a la Inffamm- te echaba de menos, mal agradecida que ya ni vienes a vernos.
Ayyy, Tía- le contestó la mujer que ahora se mostraba visiblemente fundida-  es que he tenido mucho que hacer… igual la he echado de menos. Y, además, ahora vinimos todos!
Muchachos- dijo Tío Fígaro levantándose de su asiento- que bueno verlos, jajaaa. ¿Cómo van las cosas?
Todo bien , Tío- le dijo Walter, obviamente ya desinteresado del protocolo que hace rato estaba muerto- tenemos que conversar un montón de cosas.
Me parece Walterio- le respondió sonriendo el Rey- me parece.
Todos saludaban a sus anchas a quienes mandaban el lugar y a los cortesanos presentes no parecía molestarle.

¿Y la rooosssyyy?- preguntó con tono muy fuerte Tío Fígaro a Jesús Du Angellic- ¿eh?  ¿Sheshú?
No quiero hablar de eso-le respondió visiblemente afectado, por lo que Tío se remitió a hacerse el weón.
Y sí po- decía Saito a Tía- acá estamos después de harto tiempo. He tenido una cachá de cosas que hacer con eso de los títulos y lesera.
Tía asentió para luego, sin sacarse a Kanna de al lado, dirigirse hacia Shinku y Gwyneth.

Hola, chiquillas- les dijo- ¿cómo están?
Todo súper, Tía- le respondió Shinku. Igual feliz de haberla venido a ver.
Lo mismo- dijo la de Arslam- queríamos venir hace rato, malo sí que no sea en el mejor de los momentos.

No importa- les respondió Tía- lo importante es que están aquí, siéntanse como en su casa y leseen todo lo que quieran. Ah!, Shinku, ¿y Christopher?
Tuve que dejarlo en la academia- contestó triste la dama de Galielle-  no creo que esté listo para un viaje como este, aunque está tan grande, ay, si lo viera.

¿Pero si no es Bardiel?- gritó Tío sin saber que la gente normal consideraba eso un grito- ¿cómo estamos?
Eeeehh- cantó Bardiel- venimos a puro wear, Tíoo, dejaremos la cagada, yeeha!
Esta bien poh, muchacho, me parece bien- le dijo el Rey.
Hola, Tío- le dijo Oso acercándose lentamente, como siempre- ¿le va bien?
Aquí estamos po, don Oso- respondió Tío- que bueno tenerte por acá.
Pséh-dijo Oso.

Matheo caminó directo hacia Tía y la saludo con tonito agudo: Hola, Tía.
Hola, Matheo- respondió la reina-  tenemos libros nuevos de medicina en la biblioteca, por si quieres ir a verlos. Además, debo hacerte unas consultas por unos malestares X que tengo.
Cosas como esa eran los comentarios al aire que agarraban los novatos, que tímidos y asustados se agrupaban tratando de pasar desapercibidos. Les había resultado hasta que Marco se puso a hablar con los señores de Fígaro.
Marquito- le decían- hasta que viniste, pensábamos que te habías retirado a algún paraíso a vivir con Kanna.
No ween poh, Tíos- respondió rojo- nada que ver. Ah! Mire, trajimos invitados.
Dicho esto apuntó hacia los novatos que estaban todos sudorosos y que se cagaban.
¿y ellos?- preguntó Tía- ¿Quiénes son?
Son los novatos que le dijimos- le contó Walter- uno de ellos es discipulito de Saito, jeje.
Pero muy bien- respondió Tío- ¿y sus nombres?
Los novatos respiraron un poco y se presentaron.
Ya, tranquilos chicos- les decía Kanna- si aquí no hay mala onda. Acostúmbrense que no es la última vez que lidiaremos con las gentes de Fígaro.
En ese momento, Kanna se para en seco y pregunta: ¿ y Zero, donde está?

No alcanzó a dar un respiro cuando un sujeto salió de la nada y  rápidamente  le lanzó un golpe al estómago con la palma abierta. Kanna logró verlo a tiempo y paró el ataque alzando la rodilla.
Haz estado practicando-dijo la muchacha de forma sexona- me parece un milagro que tu polola te deje tiempo.
La figura que la había atacado correspondía a la de un joven fibroso, muy delgado, con finos rasgos en el rostro y una pequeña cola a lo “padawan”. Vestía ropas de monje Shaolin. Se paró mostrando todo su porte y le dirigió una sonrisa a kanna.
Ya no tengo y mi vida gira en torno al combate, soy el primer hombre de la guardia que, de hecho, no es gordo.
¿Así de grande estás?- interrumpió Marco- no me esperaba menos del príncipe de Fígaro.
Marconi Ferrazo- le dijo el chico- que buena que hayas venido.
Sí, mira- siguió Marco- te presento a algunos muchachos de la academia.
Kamy estaba más cerca del joven, así que fue el primero en tener que saludar.

Mucho gusto- dijo- mi nombre es kamy de Avelard.
Hola, compadre- respondió el otro- me llamo Zero “C.T.R” Fígaro, es un placer tenerlos en casa.
Estrechó las manos de los demás y se volvió a seguir hablando con marco y Kanna.

Y, ¿cómo van las cosas, perro?- preguntó la Inffamm.
Pues bien- le contestó Zero-  desde que mi primo se fue como que se ha vuelto un poco más aburrido, pero como dejé a mi polola, he podido estar más tranquilo y concentrarme en entrenar. Me ha resultado de maravilla y ya fui aceptado en la guardia real.

No siguieron hablando porque Tío Figaro alzó la voz por sobre todos; y como esta vez tenía la intención de hacerlo, sí que fue fuerte.
Que empiece la fiesta de bienvenida para el consejo superior!

Inmediatamente expresadas sus palabras de la nada aparecieron mozos, traían mesas y las disponían a lo largo del salón. Otros cargaban botellas y bandejas con comida. Muchos eran los manjares, y mucha también el hambre de los asistentes. La fiesta dio inicio y duró horas.

Apartados en un rincón, Walter, Kanna, Marco y Saito conversaban con Tío y Tía Fígaro.
Entonces verá- decía Walter- ese es el  motivo por el que estamos acá. Muchos detractores dentro de los nobles se encuentran buscando una excusa para sacar a Fígaro de la Unión.
Pero Walter- respondió Tía- no es la primera vez que se montan ataques terroristas o de otro tipo para difamarnos, este tipo de táctica no es nueva.
Ya lo sé, pero es algo diferente- insistía el pelirrojo- Marco tiene información.

Marco se aclaró la garganta y comenzó a hablar: Tío, Tía, miren. Últimamente la corriente de energía se encuentra muy agitada. Aún no puedo decirlo con exactitud, pero hay fuerzas en movimiento, y son de las más peligrosas que hayamos enfrentado jamás. Además, estas parecen venir de la mano con viejos peligros.
¿Viejos peligros?- preguntó Tío- ¿de qué magnitud estamos hablando?
Walter miró a Kanna.
Inffam…
Kanna asintió con la cabeza y tomó la palabra.
He estado realizando algunas investigaciones, los actores viajeros me han estado mandando cartas y, me dicen que han visto a los “cinco cuáticos” cerca de África. No me atrevía a considerarlo como algo real, hasta que… mis manos…
Ya veo- señaló Tía- así que el viejo Folckriss está en movimiento. No me extrañaría que con lo agitadas que están las cosas en el continente negro, les mandasen a supervisar cualquier intentona de revolución.
Pero Tíos- alegó Saito- esa sólo es la parte chica del asunto. Digo, a los cinco se les puede combatir, pero el tema es que si llega a haber una revolución en África, con el nombre de Fígaro en ella, podría desestabilizar la Unión. Y si Marco está en lo correcto, ahora no sabemos a qué cosa nos enfrentamos.  
Muchachos, ustedes saben que pueden contar con todo el poderío humano de Fígaro- señaló Tío- aunque todos estén en nuestra contra, los apoyaremos!
Eso ya lo sabíamos- dijo Walter- y siempre hemos estado agradecidos de ustedes. Pero ahora, es más que poderío humano el que podemos llegar necesitar.
Tía lo miró sorprendida y le preguntó: ¿acaso estarás pensando?
Así es- replicó Walter- quería pedir una audiencia.
Walterio, muchacho- le dijo Tío- está fuera de mis facultades el concederte tal cosa…
Sólo muéstreme el camino, ellos han sido aliados nuestros en el pasado- insistió Walter- estoy preparado para lo que sea, menos para arriesgar el destino de los pueblos libres.
¿Estás seguro de esto?- le preguntó a modo de ruego Tío.
Completamente- sentenció el colorado.
 Recuerda- dijo el Rey- que sus llamas son tan poderosas, tan verdaderas, que no es tu carne la que peligra.
Eso lo tengo muy claro- alegó Walter- pero si usted me indica cómo, partiré mañana a primera hora junto con Oso y Bardiel.

Eres Valiente, Walterio- concluyó finalmente Tío Fígaro- y tu valentía no es estúpida, si no que nace del amor por tu gente. Es el deber de los líderes arriesgarse por aquellos a quienes dirige. Mañana mismo, al alba, te mostraré cómo llegar.




El suelo es difícil para que alguien corra, sobre todo si quien lo hace no es más que un retoño de seis años. La niña siente mucho dolor en el pecho, y a veces trastabilla cuando las piedras se le entierran en los pies descalzos. Logra encontrar un callejón dibujado entre casas maltrechas, corre lo más rápido que le permiten sus piernecitas. De un momento a otro tropieza e impacta con su cara directamente en el suelo. Le duele mucho, pero debe seguir corriendo. No puede, su tobillo está torcido, y por más que trata es incapaz de levantarse.
Las risas y bramidos se hacen más fuertes, la luz de las antorchas la alcanza y los patrulleros la divisan.
Ellos aúllan como coyotes endiablados, babean y su agitada respiración les hace emanar un podrido olor a alcohol y huevos por la boca.
Ella grita y llora desesperada, la gente en sus casas puede escucharla, pero ellos también tienen niños pequeños. No pueden permitirse ayudarla sin poner en riesgo a todos los suyos. Ella también lo sabe, su suerte ya está echada.

Ven, dulzura- le dice el más corpulento- no te haremos daño. Te va a gustar.
Se siente desesperada, tanto que ya no puede ni gritar… deberá rendirse, así como casi todo su país lo ha hecho. Cuando sus padres se quisieron resistir, los mismos coyotes acabaron con ellos. Así es, si no se resiste conservará la vida; aunque a veces se pregunta qué tanto vale la pena vivir si ha de ser de esta forma.

Eso es- dice el corpulento respaldado por las risas de sus amigos- deja que te de algo para que pongas en tu boca, ven y la pasaremos bien.

“Si das un paso más, será lo último que hagas en tu vida, hijo de perra”
La voz viene de la entrada del callejón, ella no puede verlo bien. Sólo lee algo en su insignia de metal. No es buena leyendo, no pudo ir a la escuela, pero eso lo ha visto antes, junto a papá, es curioso, “Metallica” inscrito en una insignia de metal ¿será uno de esos juegos de palabras o sólo coincidencia? Antes estas preguntas, se da cuenta que está un poco más tranquila. Esa voz, amenazante y firme para con los coyotes, es para ella como una burbuja de oxígeno en un mar de smog.
Los patrulleros voltean y desenvainan sus armas. La del más grande aún tiene sangre, es la sangre de mamá, de papá… la sangre de Rwanda, su hermano, la sangre de su pueblo.

De pronto, una figura pesada cae desde el techo de una de las casas a su lado. La toma entre sus brazos y aparta su cara de modo que mire hacia adelante, no a los coyotes.
Tranquila- le susurra con voz quebrada- nos iremos de aquí, lejos de ellos. Irás a un lugar donde ningún hombre malo te volverá a tocar, ni a ti ni a ningún otro niño… nunca más.
La luz es poca, ella mira y desde el hombro de aquél joven que apareció (sí, sabe que es joven, lo siente en su voz) puede verle un poco la espalda… sólo ve una “F” tinta en rojo.
Ahora está más tranquila, puede percibirlo, no son malos, no le harán daño… sabe también que los coyotes no tienen oportunidad. En su tierna infancia, simplemente lo sabe.

Par de malditos- vocifera el patrullero mayor- ¿cómo se atreven? Estamos en todas nuestras facultades para disponer de los huérfanos como nos plazca. Ahora, misericordiosos como somos, los dejaremos partir si se van de inmediato. Tú, suelta a esa mierda!
El muchacho no le hace caso y se aleja caminando. Ella, cierra los ojos, no necesita mirarlos más.
Desenvaina, imbécil- le grita el patrullero, ebrio de furia y Vodka- ahora.
Ella escucha las palabras… ya sabe que está a salvo.
¿Acaso crees que con mi amigo allá, enojado como está, necesitaré hacer algo?

A la mañana siguiente, los hombres y mujeres del lugar no van a sus trabajos, si es que pueden llamarse así, se encuentran agolpados fuera del cuartel de patrulleros, en la plaza central. Los otros hombres de armas les llaman a largarse, que no hay nada que ver. Pero sí lo hay, pues en la muralla principal se encuentran clavados con sus propias espadas los cuerpos de tres patrulleros nocturnos. Sus miembros han sido mutilados y cuelgan de sus bocas; clavado también hay un cartel en el cadáver del centro. La gente mira y puede leer. “Pedófilos”.
Es curioso, pero antes este gesto, ante cruda violencia que nace como reacción a la misma, nacen también los clamores. No son inmortales, nos son invencibles. El pensamiento se expande rápidamente y las gentes de África comienzan a gritas, con una sola voz, hartas del abuso del hombre blanco. Si ellos  abusan, si ellos matan, no pueden ser buenos como dicen… si ellos sangran… no son invencibles… si ellos sangran… habrá venganza… si hay venganza, habrá revolución.

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